Fuegos con limón (fragmento)Fernando Aramburu
Fuegos con limón (fragmento)

"La escritura automática es puro narcisismo y yo no creo que de una falta absoluta de método pueda resultar jamás una obra apreciable. Los surrealistas eran tipos expertos en llamar la atención, eso es todo. En España el surrealismo no tuvo el mismo carácter beligerante y exhibicionista que en Francia y contribuyó a crear un periodo de fecundidad literaria, aunque restringido a la poesía, que como tú bien sabes es un terreno donde suelen abundar los majaretas.
[...]
Advertí que volvía la vista y de un salto me oculté. Cosa de medio minuto estuve sin moverme; luego me asomé con precaución. Aizpurúa acababa de subir la escalinata. Volvió de nuevo el rostro, pero no parece que llegara a divisarme. Por fin enristró hacia el atrio, que en aquellos momentos se hallaba vado, abrió el portillo y se metió en el templo.
De camino al Goya, me detuve cerca de veinte minutos bajo la marquesina de una tienda de juguetes. Una y otra vez desdoblaba la servilleta y releía el poema de Cheche Aizpurúa. ¿El poema? ¡Para sí quisieran esos cuatro rengloncetes sin sentido una denominación tan noble! Y me decía entre mí: la tarea de componer poemas está reñida con la improvisación; un poema es el resultado de una búsqueda prolija; como todo quehacer artesano!, la obra poética requiere esmero, lucidez y un hombre a solas. Entendía perfectamente que el gordo Aizpurúa, no siendo poeta, se tomase a broma la poesía; de igual modo habría yo podido pitorrearme de sus venerados clásicos griegos y latinos, que, con independencia de su valor histórico o literario, me dejaban frío, por no decir helado. Para mí, en aquellos tiempos, nada existía más santo ni solemne que el arte de la poesía y consideraba, en consecuencia, que la barra de un bar no era el sitio más apropiado para practicarla. "



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