Cartas de la cárcel (fragmento)Louis Ferdinand Celine
Cartas de la cárcel (fragmento)

"Viernes 26 de julio de 1946.
Querido letrado y amigo:
No me encuentro demasiado bien de salud, soy presa de un fuerte acceso de depresión profunda, pero estoy acostumbrado a esos ciclos de gran debilidad. Sigue sin haber nada nuevo de París. Habría estado muy bien que hubiera ido usted mismo a informarse sobre mi caso ante su embajada en París e incluso ante el juez de instrucción que firmó mi orden de detención: BOISSY D’ANGLAS. En fin, ya no sé, la verdad, qué decir ni qué escribir, no sé por qué me han encerrado, ¿por qué, entonces, habrían de soltarme? Muy fielmente suyo. Dest[ouches]. Queridita mía, estás mal informada, lejos de estar en la cárcel, La Varende goza de una perfecta libertad y, además, ¡ha publicado un nuevo libro!389 ¡Lucienne390 debe de estar en Italia! Con Mercadier391 y la banda de Déat. Ya no corren peligro. Francia e Italia están a matar. Los otros están en Suiza. Algunos gilipollas como yo, Vigan, Marion, están enjaulados. Pero yo no he hecho nada, eso es lo mejor de todo. Cumplo cárcel en broma. Yo soy el más idiota y la mayor víctima de esta asquerosa aventura burlesca. Evidentemente, los fracasadillos de la literatura –Aragon, Cassou– no me soltarán en seguida. Estoy harto de las supuestas «buenas noticias». Me la trae floja… la única buena noticia sería la de que saliera. Pero sigo aquí y para años, lo intuyo. Los judíos hacen saltar a los ingleses en Palestina, tienen mucha razón. ¡Vivan los judíos! Nadie puede substituirlos. Cuanto más tiempo pasa, más los respeto y los amo. Hay 500 millones de arios en Europa, ¿se ha alzado uno solo para que me liberen? Vivan los judíos, la próxima vez que quiera sacrificarme, lo haré por los judíos. No volveré a echar margaritas a los puercos. Estoy bastante afectado por el eczema, pero sin gravedad. No me preguntan nada. Espero. Envejezco. Tengo lectura para tres semanas. Veo que Fréhel, Chevalier y Gabriello,392 que trabajaron en Alemania, vuelven a las tablas. Si el pobre Denoël estuviera aún vivo, la de cosas que sabríamos… con los zoquetes de amigos que me quedan, no sé nada… todos esos «esperar, esperar» son otros tantos melindres para nada. Mis enemigos, por su parte, no esperan. Me tienen en el trullo, amordazado, enfermo, todos los días un poco más embotado. Así ganan con toda seguridad. Mis enemigos baten la estrada y a mí no me queda otra opción que la de callarme. Con un solo artículo en una revista suiza, los barrería a todos y de una vez por todas. Su posición es odiosa, ridícula, débil y mendaz. Pero me impiden defenderme, sólo saben encerrarme y decirme que espere al momento oportuno. Lo oportuno para mis enemigos es que yo esté encerrado… y permanezca encerrado. Sobre todo no me traigas «buenas noticias», que me dan ganas de vomitar. Dale un besito a Bébert, es un buen amigo… que tenga cuidado con mis papeles. La Bente debe de hablar marsellés ahora. ¡Con tal de que toda esa gente no se pelee otra vez! Hasta pronto, af[ectuosamente], Des[touches]. "



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