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Recuerdo del Tío Jorge el de Zaragoza (fragmento) "Serían sobre las dos de la tarde. Nadie se veía por la carretera de Madrid, digo mal , á lo lejos se veía venir hacia Zaragoza a u n joven de unos veintiséis años, de buena figura, con un pelo negro como la mora, tez morena, ojos negros y gran barba, traía puesta una chaqueta amarilla, pantalón azul, polainas y alpargatas , y cubierta la cabeza con un sombrerillo de color de canela, llevando al cuello una cinta azul celeste, de cuyas esremidades pendía un canuto de hoja de lata sobre dorada, á la espalda traía un abultado morral blanco y una espingarda colgada al hombro, la mano izquierda la llevaba vendada y con la derecha empuñaba un palo que le servía de bastón; de cuando en cuando los pajarillos que se paseaban por el aire, dejaban perder sus halagüeños y apacibles trinos y eran saludados al mismo tiempo por las desnudas ramas de los árboles, movidas por un lijero y suave vientecillo; nuestros cuatro labradores correspondían con canciones diversas interrumpidas de vez en cuando por el choque de sus instrumentos con alguna piedra. Así que llego dicho joven á la barga de una cuestecilla, dirigió su vista ledamente á la Ciudad heroica, miró á la torre de San Pablo, á la Torre-Nueva y por fin á las del templo ''el Pilar, contempló á estas últimas un rato , tendió la vista en torno suyo , observó que nadie le miraba y sacó de su bolsillo un bonito rosario que su madre le había dado al salir de Zaragoza y al darla el abrazo de despedida; en seguida besó tres veces el rosario, se arrodilló tras de unas matas que había no muy lejos de una izaga y murmuró de cara a la ciudad y mirando al rosario frecuentemente, una salve. y diez Ave-Marías, acompañadas de algunas lágrimas de regocijo que rodaron por sus tostadas mejillas y fueron á perderse en su poblada barba. " epdlp.com |