Leche materna (fragmento)Edward St Aubyn
Leche materna (fragmento)

"Se preguntó quién estaba perdiendo mas el tiempo pasando un día con los Packer, sin contar a los propios Packer que siempre estaban perdiendo el tiempo más que nadie, y normalmente tenían un video para demostrarlo.
Thomas tenía solo sesenta días, así que la mayor pérdida de tiempo era para él, porque un día era un sesentavo de su vida mientras que su padre, que tenia cuarenta y dos años, estaba perdiendo la proporción de su vida más pequeña. Robert trato de averiguar qué proporción de sus vidas suponía un día para cada uno de ellos. Como los cálculos eran difíciles de retener en la mente, imagino ruedas de diversos tamaños en un reloj. Y luego se pregunto cómo incluir los datos contrarios: que Thomas tenía toda su vida por delante, mientras que sus padres ya tenían detrás buena cantidad de la suya, de manera que un día era una perdida menor para Thomas porque le quedaban más días. Eso creó un nuevo juego de ruedas — rojas en vez de plateadas—, su padre dando vueltas a toda prisa y Thomas girando con un clic majestuosamente espaciado. Todavía tenía que incluir las distintas calidades de sufrimiento y los diferentes beneficios para cada uno, pero eso hacía que su máquina fuera fantásticamente complicada y así, de un solo barrido salvador, decidió que todos sufrían igual y que ninguno había sacado nada de aquello en absoluto, con lo que el valor del día resultaba un hermoso y orondo cero. Tremendamente aliviado, volvió a visualizar las varillas en que engranaban los dos juegos de ruedas. Todo el conjunto se parecía muchísimo a la gran máquina de vapor del Museo de la Ciencia, salvo que el papel salía por un extremo indicando la cifra de las unidades de perdida.
Y resulto que, cuando leyó los números, él era quien estaba perdiendo más tiempo, más que ningún otro. Quedó horrorizado con esos resultados, pero, al mismo tiempo, del todo satisfecho. Entonces oyó la espantosa voz de Jo gritando su nombre.
Durante unos instantes se quedó helado por la indecisión. El problema era que esconderse sólo serviría para poner mucho mas frenéticos y furiosos a quienes le buscaban. Decidió comportarse con naturalidad y aparecer por la esquina como casualmente justo a tiempo de oír a Jo gritar su nombre por segunda vez. "



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