La estela del crucero (fragmento)Pier Antonio Quarantotti
La estela del crucero (fragmento)

"Eneo se había marchado, caía la noche y el monte siempre estaba allí. Daba la sensación de que hubiera decidido quedarse. Ario y Berto, que seguían con creciente impaciencia, casi con rabia, cada uno de sus movimientos, lo vieron ascender hacia la escarpa. Sentado en el borde, una pierna colgaba sobre el agua y la otra se hallaba estirada, plegaba sus pies con esmero, parsimoniosamente. Mientras tanto, el tiempo transcurría -en ese instante Lidia y Eneo, que ya debían de estar juntos, se acercarían más. Al ver a un desconocido a bordo, ¿qué podían hacer? Habían renunciado, pero aquella noche se dirigirían a otra parte y en tono jocoso se dirían adiós. Ario y Berto parecían presa de una locura rabiosa, se sentían abatidos y repentinamente inútiles. "


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