Los amores tardíos (fragmento)Pío Baroja
Los amores tardíos (fragmento)

"Este crepúsculo de otoño, en el campo holandés, da impresión de paz, de serenidad y de riqueza. El cielo tiene resplandores rosados, la tierra húmeda, surcada por acequias, un verde esmeralda; los boscajes, en medio de la llanura, son frondosos y oscuros; de los altos álamos en hilera cae la hoja rojiza y abarquillada, en el agua quieta y verdosa del canal, y queda como incrustada sobre un vidrio; los tilos se desnudan de su follaje y quedan en sus varas rectas hojas amarillas, que tiemblan con el viento.
El sol es brillante y la sombra fría.
Luego comienzan a iluminarse los cristales de la granja pequeña, brilla la llama de una fragua, el molino de viento se para, la chimenea de la fábrica espira bocanadas de humo negro, pasa un carro pesado con un caballo percherón, a lo lejos comienzan a brillar las filas de luces de la ciudad… y se siente la proximidad de la noche con un escalofrío en la espalda.
«Crepúsculo holandés», Las estampas iluminadas
Fueron Pepita y Larrañaga a ver una exposición de flores de Harlem. Tomaron un tranvía.
La tarde cambiaba de luz a cada momento: el cielo se mostraba azul, gris, de ceniza o de ámbar.
Cruzaron llanuras verdes y más llanuras, con molinos de viento, acequias, estacadas, campos amarillos de colza, y estanques, que tenían el mismo color que el horizonte.
—Estos cielos pesados, cargados de nubes rojizas, antes o después de la lluvia, es toda Holanda —dijo Larrañaga.
—Me gusta más el cielo azul —contestó Pepita.
—A mí, no —replicó Larrañaga—. Estas nubes bajas, estos efectos atmosféricos, dan una variedad al campo que no tiene a plena luz. De esta atmósfera húmeda y cargada de vapores viene toda la pintura de paisaje holandés. Es cosa rara, curiosa, que en este país haya habido tanto pintor y tan pocos poetas.
—¿Ha habido muchos pintores?
—A cientos. Entre los pintores, quitando a Rembrandt, ninguno ha tenido el amor por lo extraordinario como un Greco, un Tintoretto o un Goya; es el paisaje dulce, el clima suave Al pintor de aquí le queda este sensualismo manso que tiene sus puntos místicos. Es el agua, la humedad, la bruma. Es curioso observar cómo Holanda, donde el campo es, a primera ven tan insignificante y tan mediocre, ha producido magníficos pintores, y, en cambio, la naturaleza grande, heroica, de los Alpes, no ha producido ni uno solo. Porque Holbein es suizo, pero no es alpino.
Se detuvo el tranvía.
En los campos se veían vacas blancas y negras; llanuras verdes, como lagos, con islas de flores blancas y rojas.
Todos los matices de los colores tenues aparecían en el suelo y en el aire; el blanco, el verde, el gris, el violeta, en la atmósfera húmeda. Una gabarra pasaba por un canal. En algunos campos, las plantaciones de lúpulo trepaban por unas perchas. Había boscajes espléndidos. "



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