Krochmalna (fragmento)Isaac Bashevis Singer
Krochmalna (fragmento)

"Cuando iba a hacer la ablución matutina, vertía el agua fuera, por error. Y a ella sólo le preocupaban los suelos. Tenían que relucir como el cristal. Era peligroso andar sobre ellos, de lo pulidos que estaban. ¡Y qué pueblo aquél! Allí todo el mundo tiene mal carácter. Murmuran de los demás y se despellejan unos a otros. Los jóvenes, una vez, me armaron una gresca, sin saber yo por qué. Querían que me alejara del rabino de Alexander y que me fuera con el de Porissover. Pero yo no soy discípulo del de Porissover. Sea como sea, sólo pretendían crearme problemas. Al principio, mi suegro se puso de mi parte, pero enseguida se pasó a la de ellos. Yo era un extraño en la ciudad, y continuamente se organizaban alborotos alrededor mío. Quise marcharme a casa, pero ellos amenazaron al cochero para que no me llevara. Me dirigía a él, pero siempre encontraba una excusa: demasiados pasajeros, esto, lo otro; en fin, nada de aquello tenía sentido. Mi suegro -que me perdone la libertad que me tomo- es un fanfarrón, confabulado con todos los camorristas de la ciudad. La gente le teme porque, además, es amigo de los aduaneros. Y mi suegra es una mujer agria como la hiel. Llegaron casi a negarse a darme de comer. Quise, incluso, marcharme a mi casa, pero escondieron mi ropa... ¿No me cree, quizá?
-¿Por qué no iba a creerle? En este mundo hay gente malvada.
-¿Malvada dice usted? ¡El mismísimo diablo! Y, luego, hablaban entre ellos, de una forma tan peculiar, que me daban ganas de reír y llorar al mismo tiempo. Tan pronto estaban a punto de estallar, como comenzaban a reírse y aquello parecía una juerga. Luego, de pronto, otro estallido. "



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