1968 | 40 años Marca del Hombre Lobo, La Marca del Hombre Lobo, La D: Enrique L. Eguiluz M: Ángel Arteaga |
1968 | 40 años O.K. Yevtushenko O.K. Yevtushenko D: José Luis Madrid M: Ángel Arteaga |
1969 | 41 años Celestina, La Celestina, La D: César Fernández Ardavín M: Ángel Arteaga |
1970 | 42 años Si estás muerto, por qué bailas Si estás muerto, por qué bailas D: Pedro Mario Herrero M: Ángel Arteaga |
1975 | 47 años Casa Manchada Casa Manchada D: José Antonio Nieves Conde M: Ángel Arteaga |
1976 | 48 años Alijo, El Alijo, El D: Ángel del Pozo M: Ángel Arteaga |
Otros Films: Biografía: Compositor español nacido en Campo de Criptana, Ciudad Real. Se formó con Vitorino Echevarría, Francisco Cales Pina y Julio Gómez. En torno a este profesor llegó a crearse por aquellos años un grupo de nuevos valores que recibieron, por parte de algún crítico, la denominación global de escuela de Madrid. Dentro de ella, Arteaga, como Bernaola, poseía perfiles propios y bien definidos que acabó de definir y contrastar en Munich, junto a dos maestros de signo vario como son Carl Orff y Harald Genzmer. Músico de instinto, esto es, de ideas, su pensamiento encerraba un no sé qué de ironía, si perceptible claramente en obras como las basadas en Ramón Gómez de la Serna, presente también en las instrumentales y de intencionalidad objetiva. En 1960 obtuvo en Bregenz (Austria) el Premio Hugo Von Monfort por su Prólogo para orquesta, y al año siguiente, tras asistir a los cursos de la Academia Chigiana, en Siena, su Trío para órgano es distinguido con el Premio Ferdinando Ballo. De regreso a España logró el premio convocado por el Ministerio de Información con su imaginativo poema sinfónico, Las cuevas de Nerja (1962). Kontakion, sobre la liturgia bizantina (1962); la cantata Elogios, sobre Saint John Perse (1963); El santo de palo, sobre Pedro Salinas (1972); Segunda palabra, que glosa sin cantarlo un texto de Gerardo Diego (1971), o las partituras cinematográficas para El museo del Prado, La Alhambra de Granada, Santa Teresa de Ávila o Antonio Gaudí nos dan en conjunto la medida intelectual y la temperatura de la sensibilidad del compositor. © E.P. Su obra clásica en El Poder de la Palabra |