1929 | 29 años Un hombre de suerte Hole in the Wall, The D: Robert Florey M: Gerard Carbonara |
1929 | 29 años Cuatro cocos, Los Cocoanuts, The D: Robert Florey M: Irving Berlin |
1932 | 32 años Doble asesinato de la calle Morgue Murders in the Rue Morgue D: Robert Florey M: Heinz Roemheld Pyotr Ilyich Tchaikovsky |
1942 | 42 años Lady Gangster Lady Gangster D: Robert Florey M: Howard Jackson & William Lava |
1946 | 46 años Bestia de cinco dedos, La Beast with Five Fingers D: Robert Florey M: Max Steiner Johann Sebastian Bach |
1948 | 48 años Tarzán y las Sirenas Tarzan and the Mermaids D: Robert Florey M: Dimitri Tiomkin |
1948 | 48 años Legión de los condenados, La Rogues Regiment D: Robert Florey M: Daniele Amfitheatrof |
1949 | 49 años Ultima carga, La Outpost in Morocco D: Robert Florey M: Michel Michelet |
Otros Films: 1933 EX-LADY 1935 DON'T BET ON BLONDES 1935 LA VESTIDA DE ROJO 1936 HOLLYWOOD BOULEVARD 1941 DANGEROUSLY THEY LIVE Biografía: Director, guionista, crítico e historiador de cine de origen francés, nacido en París. Fascinado por la imaginería de George Méliès, y tras haber escrito sobre deportes en un periódico y colaborado con algunas de las primeras publicaciones de cine francesas, a la edad de diecinueve años, mientras estudia en Ginebra logra introducirse en la industria cinematográfica suiza, ejerciendo las más insospechadas labores, entre las que se encuentran las de actor, guionista, ayudante de dirección y, al final, director. En 1921 vuelve a Francia, donde es contratado por Louis Feuillade para que le ayude en la dirección e interprete un serial titulado L’Orpheline (1921). Ese mismo año viaja por consejo del también cineasta Louis Delluc a Hollywood, donde es rápidamente reclutado como asesor técnico e histórico en la película Monte Cristo (1921). Robert Florey se convierte así en distinguido miembro del Hollywood más social: fue director de publicidad de Douglas Fairbanks y Mary Pickford; director de la famosa gira de Rodolfo Valentino por todos los Estados Unidos y Europa; Henry King le llamó para ser su ayudante en un par de clásicos, La llama mágica (1927) y La mujer disputada (1928), al igual que Frank Borzage para su inolvidable El séptimo cielo (1927). Es justamente en este año cuando dirige su primer largometraje en Hollywood (antes, desde 1919, había ya dirigido varios cortometrajes), One Hour of Love (1927). Desde entonces y hasta 1950 Florey dirige casi sesenta largometrajes, de los cuales sólo unos pocos pasan de la mediocridad. De hecho, son los propios críticos franceses los que significan mucho más la labor de Florey como historiador cinematográfico que como autor de buenas películas. Pero hay títulos reseñables. Tuvo el valor de dirigir el primer producto de los Hermanos Marx en Hollywood, Los cuatro cocos (1929), un desconcierto total provocado por los Marx, que no hicieron demasiado caso a que el filme estuviese basado en la obra de Irving Berlin y George S. Kaufman. Escribió el guion (con G. Ford, F.E. Faragoh y J.L. Balderston) de un verdadero clásico del cine de terror de la Universal, Frankenstein (1931) que curiosamente iba a dirigir el propio Florey con Lugosi de protagonista, pero que al final, por desavenencias con el productor, Carl Laemmle Jr., terminó encargándose del proyecto James Whale. Un año después, dirigió, también con muchísimos problemas con la Universal, El doble asesinato de la calle Morgue (1932), una inspirada adaptación de la obra de Edgar Allan Poe que Florey rodó visiblemente interesado por lo histórico, mirando por la atmósfera fantástica, cuidando los decorados, sobre todo los de las calles con sus casas muy parecidas a las del Gabinete del doctor Caligari. Y es que no en vano, Karl Freund, el responsable de los más maravillosos planos de los más bellos filmes expresionistas de Fritz Lang y F.W. Murnau es el encargado de la fotografía. Y muchos años más tarde, en 1946, Florey afrontó La bestia de cinco dedos, un filme que se tambalea entre una intriga a veces trágica y un guion que no duda, a pesar de la gravedad del tema, en incluir algunos “gags” particularmente desafortunados y en introducir en la persona de J. Carrol Naish un comisario de la policía local demasiado típico para ser realmente creíble. Consciente de que su carrera era muy irregular, Florey se pasó al mundo de la televisión, donde participó en innumerables episodios en series tan famosas como Los Intocables o Alfred Hitchcock presenta. Pese a todo, Florey contribuyó de manera decisiva en la historia del cine por sus cientos de reportajes, entrevistas y crónicas que publicó sobre todo en Cinémagazine y Cinémonde, siempre a partir de sus propias vivencias y experiencias, así como sus libros, que tienen un indudable interés histórico, Deux ans dans les studios américains y por supuesto el incisivo Hollywood année zéro. © Juan Carlos Paredes |