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: : : : : Juan María Acebal : : : : :
Juan María Acebal Asturias | 1815-1895 |  |
Poeta asturiano nacido en Oviedo, el más culto y atildado de los poetas en bable y quizá el más académico de todos. Por esto y por su escasa fecundidad, no fue tan popular como otros. Jamás cayó en chabacanerías. Él tomaba, como los demás, de la entraña del pueblo los elementos para sus composiciones poéticas, pero depurando el concepto para hacer poesía culta, y la expresión con voces y giros nuevos hasta conseguir del bable, tan pobre de léxico, un instrumento muy expresivo. Prueba de esto es que consiguiera hacer bellas traducciones al bable de poetas latinos, entre las que se cuenta la oda de Horacio recogida por Menéndez y Pelayo, en un apéndice de su libro Horacio en España. Nacido en un hogar modesto, fue su primera inclinación la vida religiosa, y después de una elemental preparación en la lengua latina, ingresó como novicio en el convento de San Vicente de la Orden de benedictinos, de su ciudad natal, en el que permaneció hasta que una disposición del Gobierno de 1834, precursora de la exclaustración dictada el año siguiente, disolvió los noviciados. Acebal entonces se trasladó a Madrid, donde prosiguió sus estudios de Humanidades y Filosofía en el Colegio de jesuitas de San Isidro, estudios que también tuvo que dejar, por haber sido disuelta en 1835, por tercera vez en España, la Compañía de Jesús, regresando a Oviedo. Nuevamente en la ciudad natal, con 20 años de edad, sin ninguna carrera acabada, ni siquiera emprendida, y la necesidad de conquistar una posición, se dedicó con su hermano Francisco a empresas de carácter industrial. No por eso abandonó los estudios, prosiguiéndolos con los de Humanidades y algunas lenguas sabias, que eran sus disciplinas predilectas. Entre las aludidas empresas de carácter industrial cuentan la de una fábrica de fundición, otra de pan, otra más de harinas, ésta montada con adelantos desconocidos hasta entonces en la provincia, como eran los molinos movidos a vapor, y la explotación de las minas denominadas El Porvenir. Ninguna de estas industrias, al parecer, llegó a alcanzar un estado de verdadero florecimiento.
Estas actividades fabriles de Acebal coincidieron con las artísticas, como poeta y también como escultor, pues parece que llegó a modelar con maestría algunas obras, entre las que se citan los bustos de Benito Canella y Andrés Menéndez Valdés. De su labor poética, en todo tiempo escasa, sería larga y ardua empresa averiguar cuáles fueron las primeras producciones que dio al público. Lo más antiguo que se conoce suyo pertenece ya a la segunda mitad del siglo XIX. Son sus colaboraciones en los periódicos ovetenses El Faro Asturiano (1856-68), El Noticiero y La Unidad (1868). Posteriormente colaboró también en la Revista de Asturias (1878-83), en El Carbayón y en la revista madrileña Ilustración Gallega y Asturiana (1879). Entre sus composiciones más conocidas y famosas están las recogidas en el volumen Cantar y más cantar y las intituladas Arreglo de cuentas y La Fonte de Fascura. No menos que en bable, alcanzó perfecciones poéticas en castellano, y vale de modelo en este aspecto su celebrada poesía El trábale, publicada en el Almanaque asturiano de El Carbayón en 1895. La crítica coetánea del poeta supo apreciarle con elogio por la ternura e inspiración y originalidad de estilo. Juan María Acebal falleció en Oviedo el 17 de febrero de 1895. © Españolito
Textos:
La Fonte de Fascura (fragmento) –en bable-
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