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Walther von der Vogelweide Alemania | 1170-1228 | |
Poeta lírico alemán. Es el más destacado poeta del minnesang (canto cortesano). Las noticias que se tienen de su vida han sido extraídas de su propia obra. Estuvo en la corte del duque Federico I de Austria, donde tuvo por maestros a Reinmar von Hagenau y a Hartmann von Aue. A la muerte de Federico (1198) pasó a la corte de Felipe de Suabia. En 1204 estuvo en la corte de Herman de Turingia, donde conoció a Wolfram von Eschenbach. En 1212 se encontraba al servicio de Otón de Brunswick, cuyo sucesor, Federico II, le otorgó un feudo en Wurzburgo, donde debió pasar los últimos años de su vida y probablemente morir.
Su obra poética tiene dos vertientes: la amorosa y la política. La influencia de los provenzales y de sus dos maestros alemanes es patente en la primera, pero fue introduciendo innovaciones. Así, el papel de la doncella como objeto de la pasión amorosa del poeta cobra una importancia inédita en su obra, y su concepción amorosa difiere de la de los provenzales en que para él el amor es una pasión ineluctable, capaz de cambiar al poeta, de enaltecerlo, si llega a cambiar el amor terrenal en celestial. Esta concepción le convierte en uno de los antecedentes de los poetas italianos del dolce stil novo. Junto a la expresión amorosa se hallan composiciones de corte autobiográfico, como en Áy de mí! ¿Dónde se han ido todos mis años?. El sentimiento amoroso adquiere una delicadeza inusitada en Bajo los tilos. Pero donde se muestra como un poeta magistral es en la poesía de tipo político y satírico. En sus manos, el sirventés (composición poética propia de la literatura provenzal o trovadoresca), es menos teórico y más realista. En estos poemas, llenos de referencias a acontecimientos políticos de la época, se muestra defensor de los Stauffen en sus luchas contra el papado. Destacan, dentro de esta vertiente, las Sentencias para el emperador, tres poemas largos dirigidos a Otón IV de Brunswick en los que el poeta defiende el ideal del Imperio, al tiempo que afirma que el papado no debe ser un poder terrenal sino espiritual. © B.Y.V.
Textos:
Bajo los tilos Mis años han desaparecido Reinmar
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