Biografía:
Fotógrafo alemán nacido en Dierschan, antigua Prusia. A la edad de trece años realizó sus primeras fotografías en sus momentos de ocio, pero el periodo de inflación económica posterior a la I Guerra Mundial hizo que tuviera que ganarse la vida como vendedor de cinturones y botones. Sin embargo, no abandonó la fotografía y por aquella misma época comenzó a realizar experimentos de ampliación de detalles. Así, pocos años más tarde, y después de tomar una fotografía de una jugadora de tenis que consiguió publicar en Weltspiegel, inició una brillante carrera como fotógrafo independiente trabajando fundamentalmente para la revista Berliner Tageblatt. En 1929 decidió dedicarse profesionalmente a la fotografía e ingresó en la prestigiosa Pacific and Atlantic Picture Agency. Su primer encargo fue realizar unas fotografías para el Premio Nobel de ese año, el novelista Thomas Mann, que tuvieron gran repercusión. Durante esos años realizó muchos retratos de personajes famosos del mundo del teatro y el cine que luego se harían célebres, como el de George Bernard Shaw o el de Marlene Dietrich; pero no sólo trabajó en ese ámbito, también realizó brillantes retratos de grandes políticos europeos del momento, como Goebbels, Hitler o Mussolini. Colaboró en varias publicaciones berlinesas y parisinas; posiblemente, el mejor trabajo que realizó en este periodo fue el reportaje sobre la guerra italo-etíope, que tuvo gran proyección en Estados Unidos, lugar al que emigró en 1935. Allí trabajó para las más prestigiosas revistas americanas, Harper’s Bazaar, Vogue o Town and country y, al año siguiente, para la recién nacida Life como colaborador permanente. Para esta última publicación realizó más de 2.000 encargos y más de 90 portadas. A este respecto, cabe citar su famosa fotografía, portada de Life el 27 de agosto de 1945, V-J Day, que refleja un ardiente beso durante el desfile de la victoria de los Marines en Time Square. La imagen posee una frescura poco habitual. Se dice que es una imagen preparada…, lo cierto es que la sencilla composición y el juego de miradas y sonrisas de las personas que rodean a la pareja protagonista, la convierten en una imagen genial. El foco nítido se posa sobre los jóvenes, marine y enfermera, mientras el resto de los transeúntes de Time Square se desvanece en su discreto desenfoque. La velocidad de obturación baja permite intuir el movimiento en la mano y el pie de la muchacha que, apasionadamente, besa uno de los símbolos del triunfo americano. © MCN |