Angelico

Fra Angelico


 Italia | 1400-1455




1428 | 28 años
La Anunciación
Tempera sobre tabla.
Museo del Prado. Madrid




1431 | 31 años
Juicio Universal
Tempera sobre tabla.
Museo Nacional de San Marcos. Florencia
105 × 210 cm.



1442 | 42 años
Cosme y Damián ante la hoguera
Temple sobre tabla.
Galeria Nacional. Dublín
36 x 46 cm.



1447 | 47 años
Martirio de San Lorenzo
Fresco.
Capilla Niccolina. Vaticano
271 × 236 cm.



1450 | 50 años
Cristo coronado de espinas
Tempera sobre tabla.
Duomo. Livorno




1450 | 50 años
Armario de la plata
Temple sobre tabla.
Museo de San Marcos. Florencia
38.5 x 37 cm.



1450 | 50 años
El beso de Judas. Detalle
Temple sobre tabla.
Museo de San Marcos. Florencia
38.5 x 37 cm.



1450 | 50 años
Jesús es clavado en la cruz
Fresco.
Museo de San Marcos. Florencia
169 x 134 cm.



Biografía:
    Pintor italiano de principios del renacimiento que supo combinar la vida de fraile dominico con la de pintor consumado. Fue llamado Angelico y también Beato por su temática religiosa, la serenidad de sus obras y porque era un hombre de extraordinaria devoción. Nació en Vicchio, Toscana, y su verdadero nombre era el de Guido di Pietro. En 1418 ingresó en un convento dominico en Fiesole y alrededor de 1425 se convirtió en fraile de la orden con el nombre de Giovanni da Fiesole. Aunque se desconoce quién fue su maestro, se cree que comenzó su carrera artística como iluminador de misales y otros libros religiosos. Después empezó a pintar retablos y tablas. Entre las obras importantes de sus comienzos se cuentan la Madonna de la estrella (c. 1428-1433, San Marcos, Florencia) y Cristo en la gloria rodeado de santos y de ángeles (National Gallery, Londres), donde aparecen pintadas más de 250 figuras diferentes. También a ese periodo pertenecen dos obras tituladas La coronación de la Virgen (San Marcos y Museo del Louvre, París) y El juicio universal (San Marcos). La madurez de su estilo se aprecia por primera vez en la Madonna dei Linaioli (1433, San Marcos), en donde pinta una serie de doce ángeles tocando instrumentos musicales. En 1436, los dominicos de Fiesole se trasladaron al convento de San Marcos de Florencia que acababa de ser reconstruido por Michelozzo. Fra Angelico, sirviéndose a veces de ayudantes, pintó numerosos frescos en el claustro, la sala capitular y las entradas a las veinte celdas de los frailes de los corredores superiores. Los más impresionantes son La crucifixión, Cristo peregrino y La transfiguración. El retablo que hizo para San Marcos (c. 1439) es una de las primeras representaciones de lo que se conoce como conversación sacra: la Virgen acompañada de ángeles y santos que parecen compartir un espacio común.

En 1445, Fra Angelico fue llamado a Roma por el papa Eugenio IV para pintar unos frescos en la capilla del Sacramento del Vaticano, hoy desaparecida. En 1447, pintó los frescos de la catedral de Orvieto junto con su discípulo Benozzo Gozzoli. Sus últimas obras importantes, los frescos realizados en el Vaticano para decorar la capilla del papa Nicolás V, representan episodios de las Vidas de san Lorenzo y de san Esteban (1447-1449), y probablemente hayan sido pintados por ayudantes a partir de diseños del maestro. Desde 1449 hasta 1452, Fra Angelico fue el prior de su convento de Fiesole. Murió en el convento dominico de Roma el 18 de marzo de 1455. Fra Angelico combinó la elegancia decorativa del gótico, de Gentile da Fabriano, con el estilo más realista de otros maestros del renacimiento como el pintor Masaccio y los escultores Ghiberti y Donatello, que trabajaban en Florencia, y aplicó también las teorías sobre la perspectiva de Leon Battista Alberti. Las expresiones de devoción en los rostros son muy logradas, así como la utilización del color que consigue dar mayor intensidad emotiva a la obra. Su maestría en la creación de figuras monumentales, en la representación del movimiento y en la capacidad para crear planos de profundidad a través de la perspectiva lineal, especialmente en los frescos realizados en Roma, lo confirman como uno de los pintores más importantes del primer renacimiento. En el Museo del Prado de Madrid se conserva una de sus obras más representativas: La Anunciación (1430-1432), realizada para el convento dominico de Fiesde.  © M.E.



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