1519 | 30 años Retrato de una dama Óleo sobre lienzo. Hermitage. San Petersburgo 103 x 87.5 cm. |
1524 | 35 años La Magdalena Óleo sobre lienzo. Colección particular 77.5 x 63.5 cm. |
1525 | 36 años Venus y Amor descubiertos por un sátiro Óleo sobre lienzo. Museo del Louvre. París 18.8 x 12.5 cm. |
1528 | 39 años Madonna della Scodella Óleo sobre madera. Galería Nacional de Parma 216.7 x 137.3 cm. |
1530 | 41 años La Asunción de la Virgen Fresco. Cúpula Catedral de Parma |
1530 | 41 años Io y Júpiter Óleo sobre lienzo. Kunsthistorisches Museum. Viena |
1531 | 42 años El rapto de Ganimedes Óleo sobre lienzo. Kunsthistorisches Museum. Viena 163.5 x 72 cm. |
1532 | 43 años Leda con el cisne Óleo sobre lienzo. Gemäldegalerie. Berlin 152 x 191 cm. |
Biografía: Su verdadero nombre era el de Antonio Allegri, pintor italiano del renacimiento cuyas innovaciones en el tratamiento del espacio y movimiento anticipan el estilo barroco. Correggio, cuyo sobrenombre proviene de la ciudad en la que nació, estudió pintura con un tío suyo y con Francesco Bianchi-Ferrari en Módena. Recibió la influencia de Andrea Mantegna y de Leonardo da Vinci. Establecido en Parma en 1518, pintó allí su primera serie de frescos en la bóveda del convento de San Pablo, que se conocen con el nombre colectivo de Diana volviendo de la caza. Es una obra en la que destacan los acusadísimos escorzos de los querubines pintados en pequeños medallones que rodean toda la sala. Desde 1520 hasta 1524 Correggio trabajó en los frescos de La ascensión de Cristo de la cúpula de la iglesia de San Juan Evangelista de Parma. Su habilidad en la utilización del claroscuro y de los colores luminosos realza su capacidad técnica para lograr la ilusión de que la escena se prolonga más allá de los límites físicos de la cúpula. Efectos similares, aunque más complejos, pueden apreciarse en La asunción de la Virgen (1526-1530) de la catedral de Parma. Alrededor de 1530, tras la muerte de su esposa, regresó a Correggio sin haber finalizado otras obras ornamentales de la catedral. Sus trabajos se caracterizan por los desnudos sensuales, el brillo frío, como plateado, de sus colores, el hábil manejo de los escorzos y la originalidad en el tratamiento de la perspectiva. De él se conservan alrededor de 40 telas, todas ellas de tema religioso o mitológico. La mayor parte de las obras religiosas se distingue por una cierta tonalidad perlada, como La Madona y san Jerónimo, llamada también Día (c. 1527, Galería de Parma), o la Natividad (c. 1530, Galería de Pinturas, Dresde). Una de sus obras maestras, Noli me tangere (c. 1525), se puede ver en el museo del Prado de Madrid. Los desnudos de sus escenas mitológicas, entre los que destacan Júpiter e Io (c. 1532, Kunsthistorisches Museum, Viena) y Júpiter y Antíope (c. 1532, Museo del Louvre, París) expresan un éxtasis espiritual semejante al de las obras de tema religioso. Su discípulo Parmigianino y los pintores de la familia Carracci, fundadores de la escuela de Bolonia del siglo XVII, recibieron su influencia con gran intensidad. © M.E. |