Yepeto (fragmento)Roberto Cossa
Yepeto (fragmento)

"Profesor: Son búsquedas. Ella está buscando su propio lenguaje. Su identidad.
Antonio: todo lo que le pregunté era si el tipo del pito era yo. Me dijo que no lo sabía.
Profesor: ¡También! ¿A quién se le ocurre preguntarle a un escritor sobre el origen de sus imágenes? la gente no acepta la locura del creador.¡Todo tiene que tener una explicación! Uno de mis primeros cuentos empezaba: "Yo tenía un tío que tocaba el trombón". ¡Si supieras la cantidad de parientes que me llamaron para preguntarme cuál era el tío que tocaba el trombón! (Ríe satisfecho por la humorada)
Antonio: Cecilia me dijo que usted le preguntó lo mismo.
(El profesor lo mira desconcertado. Antonio le aclara:) Que usted le preguntó si el tipo del pito era usted.
Profesor: Pero como yo... ¡Justo yo que lo único que les enseño es que un escritor es la palabra en libertad! Eso es todo lo que quiero que aprendan. Se los digo en cada clase... se los repito... ¡Liberen la palabra! ¡No se pregunten de dónde sale! ¡La palabra en libertad! ¡Eso es un escritor: la palabra en libertad!
Antonio: (Insistente) Cecilia me lo contó.
Profesor: ¡Habrá sido una broma! Cecilia es muy joven y... (Explota) ¡Pero te cuenta todo!
Antonio: Cada cosa que usted le dice. (El profesor lo mira un instante) Nosotros siempre nos decimos la verdad.
Profesor: (Se encrespa) ¿Qué verdad? ¡La verdad no existe! Lo único que existe es la poesía. Proust dice que lo que nos atrae de los demás es su parte desconocida. ¿Leíste "En busca del tiempo perdido"? (Antonio apenas alcanza a decir que no. El profesor revuelve entre sus libros mientras dice:)
Profesor: Tiene que estar por acá. Hace poco lo estuve releyendo. (Descubre un libro y se lo tiende a Antonio)¿Lo leíste? (Antonio toma el libro, lo mira y niega con la cabeza)
Se pronuncia Bodeler.
Antonio: (Molesto) Lo conozco. Cecilia me prestó uno que se llamaba "Las flores del mal". También leí a Rimbaud (Lo pronuncia correctamente) (El profesor lo mira un instante) pero se lo dije a Cecilia. Me gustan más las novelas policiales. Ella se enojó.
Profesor: Eso te pasa por decir la verdad. Nunca hay que decir la verdad. Y menos a una mujer. (El profesor encuentra el libro que buscaba y lo hojea)
Antonio: Yo no le conté a Cecilia que usted y yo nos vimos.
Profesor: (Mientras sigue buscando) Me parece muy bien.
Antonio: Pero tengo que contárselo.
Profesor: ¿Para qué? (Encontró el párrafo que buscaba) ¡Escuche! (Lee)"Se ha dicho que el silencio es una fuerza terrible" (Levanta los ojos del libro y le repite) ¡Terrible! (Vuelve al libro) " cuando está a disposición de aquellos que son amados" ¡El silencio!
Antonio: ¿Y si se lo cuenta usted? (Aclara) Si usted le cuenta a Cecilia que nos vimos.
Profesor: No tengo por qué contárselo. (Pausa)
Antonio: ¿Va a volver a hablar con ella?
Profesor: ¿Por qué no? (Lo mira) ¿Vos no querés que hable con ella? (Antonio bebe un trago de ginebra. Se toma su tiempo para decir:)
Antonio: Yo creo que Cecilia está enamorada de usted. (El profesor se queda un instante mirándolo)
Profesor: ¿Por qué supones que está enamorada de mí?
Antonio: (Explota) ¡Porque está enamorada de usted! Yo no soy ningún boludo. ¡Está enamorada de usted! Me acuerdo el día que empezó las clases. Yo la estaba esperando a la salida y le pregunté qué tal el nuevo profesor. ¿Sabe qué me contestó? "Cuando entró pensé: tiene cara de aburrido. A los diez minutos me di cuenta de que era un hombre del que podía enamorarme". Así me dijo.
Profesor: Me suele suceder. Pasar desapercibido, hasta que me dejan hablar. Pero no te preocupes. Al tiempo dicen: "Es cierto. Era aburrido". Como un personaje de Chejov. (El profesor se queda mirando a Antonio que ha vuelto a caer en un estado de contenida angustia. Se toma su tiempo para decir:) Yo voy a hablar con Cecilia. "



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