Federica la pelirroja (fragmento) "Ya era medianoche cuando acabaron de escribir las cuatrocientas tarjetas. La mujer de Bruno se marchó, cansada, a casa. Tianna, Federica y el gato Gato se fueron a dormir. Bruno todavía tenía algo que hacer. Metió todas las tarjetas en la cesta de la compra y fue repartiéndolas de casa en casa. Igual que antes, cuando todavía era cartero. Echó las tarjetas en los buzones de aquellas casas en las que pensaba: «Aquí vive una persona inteligente» (quien ha trabajado cuarenta años de cartero es capaz de juzgar estas cosas). A la mañana siguiente, Federica estaba muy nerviosa. El gato también andaba intranquilo, Y a la tía se le escaparon varios puntos de las agujas. Esperaron impacientes durante todo el día. —Esperemos que venga alguien -decía Federica cada dos minutos. —Seguro que viene alguien -decía el gato cada dos minutos. Y Tianna replicaba cada dos minutos: —Gato, en el caso de que venga alguien, cierra la boca. A la gente no le gusta que un gato hable. Por la tarde llamaron a la puerta. Era un hombre bajito y delgado, que llevaba una de las cuatrocientas tarjetas en la mano. —Soy el profesor Profi -se presentó, y entró en la casa, dándole la tarjeta a Federica. Entre las letras de la frase del libro rojo había unas rayas hechas a lápiz: E L/VI A JE/ DUR A/UN A/HO RA, Federica comprendió enseguida lo que quería decir el profesor. Tianna, también, pues gritó: —¡Claro! ¡Cómo pude haberlo olvidado! El profesor Profi hizo una pequeña reverencia. —Tengo un poco de prisa, estimadas señoras -dijo. Fue a la ventana abierta y se quitó el sombrero. Tenía el cabello de color rojo fuego. —Ha sido un placer -dijo, se subió al alféizar de la ventana y salió volando. —Creo -dijo Tianna- que era mi primo. Desapareció un día hace cincuenta años. Pero entonces se llamaba de otra manera. " epdlp.com |