Los dioses de los indoeuropeos (fragmento)Georges Dumezil
Los dioses de los indoeuropeos (fragmento)

"En los siglos de las luces, los romanos no tienen mitología nacional y Denys de Halicarnaso los elogia por esta sobria imaginación que los pone al amparo de los sacrilegios y les permite vincular sus rituales con una teología pura y austera. Pero hoy en día sabemos que ese no era el estado primitivo y que los romanos «clásicos» ya no tienen mitología. Para ser exactos, ninguna mitología divina, pues los antepasados habían conservado una serie de bellos relatos con la ayuda de los cuales, hacia mediados del siglo IV antes de nuestra era, eruditos deseosos de dar a la ciudad un glorioso pasado compusieron la «historia de los orígenes», relatos que, en el registro humano, suelen coincidir con lo que la India y Escandinavia cuentan de sus dioses. En resumen, la «historia romana de los orígenes» sirvió de mitología a esos hombres para quienes todos los valores se definían en relación con su ciudad, sin muchos miramientos con el mundo que la rodeaba ni los tiempos que la precedieron: en el equilibrio del pensamiento romano, ¿acaso la noción que ocupa el lugar del rtá, del asa indoiranio, no es ius? Ahora bien, mientras que rtá es el Orden, cósmico, social, ritual, moral, basado en el encaje de las partes del conjunto, ius define sólo competencias.
Una larga serie de estudios ha mostrado en efecto que muchos de los grandes acontecimientos que la tradición relata desde Rómulo hasta el Sr. Camilo Furio no sσlo han sido embellecidos, sino completamente repensados, en parte creados, para prestar a Roma los dos servicios que todo pueblo pide a sus mitos, explicación y ejemplo, y repensados o creados con la ayuda de relatos míticos prerromanos, indoeuropeos. En particular, la sucesión de los cuatro primeros reyes, en la que los espíritus filosóficos, Cicerón o Florus, reconocían la señal de una providencia deseosa de construir progresivamente una ciudad perfecta, sin duda no es historia transcrita, sino «mitología terrestre» historificada; manifiesta, en cálculos, actos y aventuras, la función teórica de la teología, a saber: la ubicación en el orden jerárquico de los grandes mecanismos funcionales: Rómulo y Numa crean las instituciones políticas y los cultos, Tulio Hostilio lleva a los romanos a la ciencia de la guerra; Anco Marcio añade a esta herencia el enriquecimiento comercial y el crecimiento demográfico; tras él, Roma, completa, ya puede servir de instrumento a los grandes designios de los reyes etruscos.
Sólo retendremos aquí a los dos representantes de la primera función, los dos fundadores. Es fácil ver 1.°, que sus caracteres y conductas están construidos de tal manera que forman una antítesis, cada rasgo de uno encuentra en el otro el rasgo contrario y los rasgos de ambos son igualmente necesarios en la obra común de creación; 2.°, que su antítesis, según las líneas propias de la ideología romana, se conforma con la que en los indios más antiguos representa la pareja de Varuna y Mitra, con la reserva de que al ser hombres, están necesariamente sometidos a dos servidumbres: por una parte, ya no pueden ser contemporáneos, colaboradores, como son los dos dioses védicos, garantizar simultáneamente servicios complementarios en sus fines pero opuestos en sus medios; por otra parte, sólo pueden representar, encarnar los dos aspectos de la Soberanía a través de intenciones y sentimientos humanos; así queda patente en el caso del homólogo de Varuna: incluso en sus relaciones con Júpiter, Rómulo sólo piensa en sí mismo y en su obra. "



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