Elogio de la curiosidad (fragmento)Mario Bunge
Elogio de la curiosidad (fragmento)

"Un proverbio francés dice: Tout passe, tout casse. O sea: "Todo pasa y todo se rompe". Parece evidente: los ejemplos abundan. Todos envejecemos, y todo cuanto hacemos se deteriora. Los economistas y contables lo saben bien, y por ello calculan la depreciación del activo fijo. (Pero los encargados de la contabilidad nacional aún no han aprendido a descontar los recursos naturales. Al contrario, suelen incluir en el producto interno bruto el talado de bosques y la extracción de petróleo.)
Generalizando, podemos afirmar que todos los sistemas complejos se degradan por estar sujetos a fuerzas desintegradoras, tanto externas como internas. (Sólo las cosas simples, como los electrones y fotones, no se descomponen.) Incluso el sistema solar, que es estable a la corta, terminará por deshacerse debido a la "muerte" del sol. (No se alarme el lector: para que esto ocurra faltan miles de millones de años.)
Todo lo humano tiende a deteriorarse, y esto no a la larga sino a la corta. No sólo la vida individual decae a partir de la vejez, sino que todas las creaciones humanas decaen espontáneamente a menos que se las proteja o remoce. Piénsese en las huertas, máquinas, lenguas, instituciones u organizaciones que no sean cultivadas, atendidas, protegidas, o renovadas.
El cultivo abandonado termina por ser invadido por maleza. El artefacto descuidado empieza por funcionar mal y termina en chatarra. La lengua descuidada termina en dialecto. La institución burlada termina en objeto de burla. La organización que no se renueva deja de cumplir sus funciones.
Lo que vale para las cosas naturales complejas y los artefactos también vale para las ideas. La teoría que no se corrige a la luz de nuevas experiencias se torna falsa o inservible. Los ideales más nobles se corrompen a menos que los controlemos. Por ejemplo, el ideal de libertad degenera en un liberalismo sin obligaciones. El ideal de progreso degenera en un progresivismo ingenuo que admite toda innovación, por absurda o dañina que sea.
Parecería, en suma, que el dicho popular "Todo pasa, todo se rompe" es verdadero en todos los órdenes. Pero no desesperemos: acaso buscando encontremos contraejemplos. Al fin y al cabo, todo trozo de la llamada sabiduría popular puede invertirse. Si madrugamos, nos sentimos virtuosos y con ganas de repetir "A quien madruga Dios lo ayuda". Si no, nos consolamos pensando que "No por mucho madrugar amanece más temprano". Esta reversibilidad de los dichos populares no está mal, porque la vida no es blanca ni negra, sino policroma, incluso (o sobre todo) cuando queda poca. "



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