El reclutador (fragmento)George Farquhar
El reclutador (fragmento)

"Lejos quedaron aquellos días en los que todo príncipe, barón o monasterio podían rodearse de gruesos muros que, si no eran totalmente inexpugnables, al menos eran capaces de forzar una considerable delación para el agresor. Atrás quedaron también aquellas fechas en las que las armas más eficaces y contundentes podían ser confeccionadas por el herrero del pueblo. En cambio, el progreso tecnológico asociado a la milicia derivó en una nueva situación bélica que demandaba la combinación de las finanzas, la burocracia y la tecnocracia.
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Este hombre no es más que un hombre, el país puede prescindir de él, aunque el ejército idolatre estar a su lado; su naturaleza es la propia de un granadero. Su altura es de cinco pies y diez pulgadas. Boxearía o lucharía contra cualquier hombre del país o bailaría toda la noche en Chelshire. Cada sábado se emborracha y golpea a su mujer.
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¿De qué me sirve conservar mis piernas y brazos si pierdo mi libertad? A causa de las heridas, habré de arrastrar la indeseada gota, despedirme de unos impuestos adecuados para mi subsistencia. Lo cierto es que mi libertad y la esperanza de llegar a ser general son bienes más anhelados por mí que un estipendio de 1.200 libras al año, pero por el amor renunciaría a mi libertad y por la belleza a mi ambición. Prefiero obedecer a comandar todo un ejército. "



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