Verdad y método (fragmento)Hans-Georg Gadamer
Verdad y método (fragmento)

"No es necesario discutir que también en las ciencias naturales puedan continuar siendo operantes momentos tradicionales, por ejemplo, bajo la forma de una cierta preferencia por determinadas orientaciones de la investigación en uno u otro lugar. Lo que ocurre es que la investigación científica como tal no recibe las leyes de su progreso desde este tipo de circunstancia, sino únicamente desde la ley del objeto que se abre a sus esfuerzos metódicos.
Es claro que las ciencias del espíritu no se describen de manera satisfactoria desde este concepto de investigación y progreso. Claro que este concepto tiene también su aplicación dentro de ellas, en el sentido de que es posible, por ejemplo, describir la historia de la solución de un problema, de un desciframiento difícil, en el que lo único que interesa es alcanzar finalmente un resultado concluyente. Si no fuera así tampoco hubiera sido posible el acercamiento metodológico de las ciencias del espíritu a las de la naturaleza que vimos realizarse en el siglo pasado. Sin embargo, la analogía entre la investigación natural y la espiritual-científica sólo representa un estrato secundario dentro del trabajo de las ciencias del espíritu.
Esto se hace patente ya en el hecho de que los grandes logros de la investigación espiritual-científica no llegan como quien dice a pasarse. El lector actual puede abstraer con facilidad el hecho de que un historiador de hace cien años disponía de un estado de conocimientos inferior y en consecuencia tuvo que ser inducido a juicios equivocados en algunas cuestiones de detalle. Pero en conjunto leerá siempre con más agrado a Droysen o a Mommsen que a los tratamientos más recientes de la materia salidos de la pluma de un historiador actual. ¿Qué patrón es el que se está aplicando entonces? Es claro que aquí no se puede aplicar simplemente el patrón de la materia misma, que es el que acostumbra a decidir sobre el valor y el peso de una investigación. Por el contrario, la materia sólo se nos antoja realmente significativa a la luz de aquél que ha acertado a mostrarla adecuadamente. Es verdad que nuestro interés se orienta hacia la cosa, pero ésta sólo adquiere vida a través del aspecto bajo el cual no es mostrada. Admitimos que en diferentes momentos o desde puntos de vista diferentes la cosa se representa históricamente bajo aspectos también distintos. Aceptamos también que estos aspectos no son meramente superados en el curso continuado de la investigación progresiva, sino que son como condiciones que se excluyen entre sí y que existen cada una por su lado, pero que sólo en nosotros llegan a convergir. Lo que satisface a nuestra conciencia histórica es siempre una pluralidad de voces en las cuales resuena el pasado. Este sólo aparece en la multiplicidad de dichas voces: tal es la esencia de la tradición de la que participamos y queremos participar. La moderna investigación histórica tampoco es sólo investigación, sino en parte también mediación de la tradición. No podemos verla sólo bajo la ley del progreso y de los resultados asegurados; también en ella realizamos nuestras experiencias históricas en cuanto que ella hace oír cada vez una voz nueva en la que resuena el pasado. "



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