La colina de los suicidas (fragmento)James Ellroy
La colina de los suicidas (fragmento)

"Entonces vino la parte dura: manipular a los hermanos García para que tomaran parte en el asunto Pico-Westholme; Joe como perro guardián. Lo más difícil sería arrastrarse ante Bobby. Aunque era lo que había que hacer, le parecía mal, y se sintió aliviado cuando llamó y no recibió ninguna respuesta.
Lo que le dejó a medianoche con nada que hacer y nadie con quien estar, y ningún sitio donde dormir. El Holiday Inn apestaba ahora totalmente, así que se trasladó a la misma habitación del Bowl Motel, donde las mismas manchas de grasa y polvo le saludaron, pero no le permitieron dormir. Ya que ahora tenía que estar despierto para hablar con Joe García, debía moverse o volverse loco.
Así que se movió, conduciendo el Trans Am como un viejo pachucho, con una extraña sensación de balbuceo, mientras el inglés culto que conocía por los informes policiales llenaba su cabeza con pensamientos que no quería decir o siquiera pensar en alto:
Al contrario de Stan Klein, Gordon Meyers no es un asociado conocido. En el curso de su carrera como carcelero nocturno del Módulo 2700, sólo ha provocado tenues resentimientos a los miles de reclusos que supervisó, todos los cuales eran reos de poca monta, mentalmente perturbados, incapaces de perpetrar robos a mano armada ni asesinatos.
Delincuentes desconocidos eran obviamente ladrones de bancos curtidos, probablemente exconvictos de San Quintín o Folsom, institucionalizados y subconscientemente deseosos de cometer delitos con la esperanza de recibir las sentencias habituales de diez años a perpetua. "



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