Confesiones (fragmento)Juan David García Bacca
Confesiones (fragmento)

"En el pabellón español oficial, el de la República, se encomendó a Picasso la sección de pintura. Efectivamente, para ella se puso a pintar el posteriormente tan famoso y discutido Guernika. En la Embajada española estaba de ministro consejero el diplomático de carrera y reconocido literato José Carner, quien además presidía la sección de propaganda. Como es natural, mi congregación —en París o en Roma— no sabía nada de mis simpatías por la República, de mi colaboración con la Embajada en la sección de propaganda. Y menos aún de mi estado espiritual íntimo y decisivo. Más tarde, hacia 1938, se enterarían, porque se lo comuniqué. Punto a tratar más adelante.
En tal sección estaba José Bergamín, con otros. En ella colaboraban profesores, literatos… republicanos, y yo entre ellos. Pepe, mi gran amigo, tuvo la idea de que tal vez a su gran amigo Picasso le interesaría hacer el retrato de un filósofo. Picasso aceptó, curioso e intrigado. Me lo comunicó Pepe y se fijó un día para la entrevista. Pero yo dije que no aceptaba el que hiciera a un filósofo platónico como yo, convencido y consecuente, un retrato. Según Platón, el hombre auténtico —así que el filósofo auténtico— está existiendo en un mundo supracelestial. Está, por decirlo así, siendo hombre en estado de diamante, con dotes de cuerpo glorioso, bienaventurado. Eterno. Inmortal. Diamante y carbón no son cuerpos distintos, aunque sus apariencias, sus eídoses y propiedades sean opuestas y, al parecer natural, contrarias. La verdad es que diamante y carbón son nada más estados de una misma realidad: del cuerpo atómico del carbono. «Así que, Pepe, excusa éste mi pedantismo con que quiero declarar por qué no puedo aceptar que Picasso haga de mí un retrato. Éste sería imitación de una imitación, silueta de una ya silueta, sombra de una sombra que ya lo es. Antiplatónico y ridículo». Pepe sonrió. No sé si internamente se reiría de mis escrúpulos de filósofo platónico que me impidieron tener un retrato pintado por todo un Picasso. "



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