Lo eterno sin disimulo (fragmento)C. S. Lewis
Lo eterno sin disimulo (fragmento)

"Me veo obligado, pues, a discrepar del segundo punto del profesor Price. Yo no creo que la ciencia haya mostrado (ni que, dada su naturaleza, pueda mostrar jamás) que el elemento milagroso de la religión sea erróneo. No hablo, como es lógico, de los efectos psicológicos de la ciencia sobre los que la practican o leen sus resultados. Bien pudiera ocurrir que la aplicación continuada de métodos científicos creara una disposición de ánimo desfavorable a lo milagroso, pero aun así parece que existen diferencias entre las ciencias. Si pensamos, no particularmente en lo milagroso, sino en la religión en general, se da efectivamente esa diferencia. Los matemáticos, astrónomos y físicos son a menudo religiosos, e incluso místicos. Los biólogos, mucho menos frecuentemente, y los economistas y psicólogos rara vez. Parece como si, cuanto más se acerca el tema de la ciencia al hombre mismo, más se fortaleciera el prejuicio anti-religioso.
Esto me lleva al cuarto punto del profesor Price —pues preferiría posponer las consideraciones del tercero—. El cuarto punto, recuérdese, era que la ciencia había socavado, no sólo lo que el profesor Price considera como accesos mitológicos de la religión, sino lo que él considera su esencia. Para el profesor Price la esencia de la religión es el teísmo y la inmortalidad. En la medida en que puede dar una explicación favorable del hombre como entidad puramente biológica, la ciencia excluye el alma y, por tanto, la inmortalidad. Esa es, sin duda, la razón por la que los científicos que se ocupan más, o más estrechamente, del hombre son en su mayoría anti religiosos.
Si el naturalismo es cierto, entonces es en este punto, en el estudio del hombre mismo, en el que consigue la victoria final y en el que echa abajo todas nuestras esperanzas, no sólo nuestras esperanzas de inmortalidad, sino la esperanza de encontrar sentido a la vida aquí y ahora. Pero, si el naturalismo se equivoca, será también aquí donde revelará su funesto defecto filosófico, y yo creo que esto es lo que ocurre. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com