En el templo de Hércules " Ante el altar, ciñendo guerreras armaduras, ensayan sus combates valientes gladiadores; atléticos sicambros de bélicos furores y jónicos efebos de tersas curvaturas. Alumbran los contornos de plintos y esculturas, las lívidas antorchas con turbios resplandores; barbotan los que vencen rugidos y clamores y fingen los vencidos nerviosas crispaturas. Arriba, en la penumbra, desnuda y esplendente, la hermosa hija de Octavio contempla atentamente la lucha, conteniendo de su lujuria el grito. Se oprime el pecho... ¡a todos con sed de amor desea! y mientras, como leona celosa, espumajea, la ciñe por los flancos su nubio favorito. " epdlp.com |