¿Qué es un intelectual europeo? (fragmento)Wolf Lepenies
¿Qué es un intelectual europeo? (fragmento)

"Estos relatos de naufragios proporcionan la metáfora clave por excelencia de la historia intelectual europea. A la luz de esa metáfora es posible volver a trazar los cambios decisivos que se han producido en la manera de percibir la técnica y las ciencias en la Europa moderna. La semántica de las catástrofes desempeña en ella un papel importante. Incluso si a ojos de víctimas y testigos aparece como un acontecimiento insólito y como el puro efecto del azar, toda catástrofe se inscribe en una tradición: las desgracias nunca vienen solas.
El ingeniero alemán Werner von Siemens naufraga, junto con otros quinientos pasajeros, en un arrecife de coral en el mar Rojo. La perspicacia y la presencia de ánimo de que hace gala para organizar, en el caso de la catástrofe, su propio salvamento y el de sus compañeros de infortunio recuerdan a Robinson Crusoe.
Nada caracteriza mejor la concepción de los valores de toda una época que la escena clave de la novela de Daniel Defoe en la que Robinson establece, como deudor y acreedor, una cuenta de sus gozos y sus miserias. Concluye que los beneficios prevalecen y que incluso en medio de la peor de las catástrofes siempre queda un elemento del activo para quien ha conservado la capacidad de calcular.
Pero Werner von Siemens no sólo lleva a pensar en Robinson, una figura que encarna el precapitalismo europeo. Entre sus dogmas se incluye la convicción de Condorcet de que la naturaleza no ha puesto punto final a nuestras esperanzas y de que la evolución de las ciencias y las técnicas viene determinada por la propia razón. Esta convicción no abandonó a Werner von Siemens en medio de la catástrofe. Sobre el puente de su barco, que está yéndose a pique, busca en el cielo estrellado los signos que le aportarán datos sobre su posición y los medios para salvarse, como si se viera impelido por una fuerza moral interior.
Las desgracias nunca vienen solas. Todas las catástrofes se inscriben en una tradición y una memoria lingüísticas. Bajo el cielo de Arabia, la actitud de Werner von Siemens evoca una máxima de la Ilustración, formulada por Immanuel Kant en la conclusión de su Crítica de la razón práctica: «Dos cosas llenan el corazón de una admiración y una veneración siempre renovadas y siempre crecientes, a medida que se reflexiona sobre ellas: el cielo estrellado encima de mí y la ley moral dentro de mí». ¿Acaso hemos roto con estas convicciones? ¿Han pasado a la historia los tiempos de esta certeza tranquila?
Muy pronto se empezó a dudar en Europa de que la humanidad pudiera fiarse de la físico-teología. Se empezó a dudar de que las catástrofes naturales que se abaten sobre el género humano pudieran considerarse de verdad, a la larga, actos de equilibrio y compensación cuyos efectos fueran positivos. El comienzo de este escepticismo, que tuvo consecuencias importantes, suele fecharse en la festividad de Todos los Santos de 1755, en que un temblor de tierra segó la vida de más de treinta y dos mil personas en Lisboa, sacudiendo con ello los fundamentos del optimismo que reinaba en Europa. En su Cándido, Voltaire se dedica en esa época a ajustar las cuentas con la teodicea de Leibniz y la convicción de que nuestro mundo es el mejor de los mundos posibles. "



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