Ilusiones necesarias (fragmento)Noam Chomsky
Ilusiones necesarias (fragmento)

"Merece la pena recalcar que aquí hay mucho más en juego que la negligencia, la incompetencia o el servicio al poder. La protección otorgada a los terroristas de estado en las “democracias incipientes” proporciona un velo tras el cual éstos pueden dedicarse a sus atrocidades, contando con el apoyo esencial de EEUU, al mismo tiempo que el hecho de centrar una indignada atención en los abusos de Nicaragua,
con mucho inferiores, ha facilitado los programas de terror y guerra económica de Reagan, que invirtieron el progreso social y económico en Nicaragua y redujeron a su economía a un estado ruinoso, permitiendo que los medios de comunicación habituales se recrearan en la “incompetencia” y malevolencia “sandinista”. Los medios de comunicación fueron cómplices voluntarios en una explosión extraordinaria de violencia y represión.
El hecho es más general. El gobierno de EEUU ha sido capaz de
proporcionar un apoyo crucial para los asesinatos masivos por parte de sus clientes indonesios en Timor (con ayuda de otras potencias occidentales) porque los medios de comunicación sencillamente se negaron a investigar los hechos o a informar sobre lo que sabían. Lo mismo sucedió en el caso de la destrucción de las sociedades campesinas del norte de Laos, de Camboya y de Vietnam del Sur, entre otros muchos casos. Para hablar sólo de un ejemplo actual, Israel se ha atrevido a
desarrollar sus pogromes en los territorios ocupados debido a la misma indulgencia, sabiendo que todo podría explicarse como lamentables excepciones por parte de sus apologistas de EEUU; el personal de redacción del New York Times, la burocracia laboral de EEUU o Ellie Wiesel, el eminente apóstol de la obligación del silencio ante las atrocidades cometidas por el Estado al que uno ama, entre muchos otros.
Para elevar el nivel de la comprensión pública de los asuntos centroamericanos durante el período crítico de principios de 1986, el Times dedicó el artículo de fondo de la Revista Dominical a un análisis, firmado por James LeMoyne, de los asuntos más profundos que subyacen tras el desarrollo de la “red de guerrillas” LeMoyne observa que "prácticamente todos los estudios de la región... han llegado a la conclusión de que las revoluciones de América Central han sido causadas principalmente por varias décadas de pobreza, represión sangrienta y esfuerzos frustradas por lograr la reforma política”. Además, todos los estudios serios han llegado a la conclusión de que a Estados Unidos le corresponde cierta responsabilidad en relación con estas condiciones, y por tanto con el desarrollo de “la red de guerrillas", pero ningún indicio de ello se podrá percibir en la discusión de LeMoyne. Éste estudia la función de Cuba, la Unión Soviética, Corea del Norte, el FLP, Vietnam, etcétera; sin embargo, se echa en falta a un personaje de la tragedia, con la salvedad de la manifestación de que en El Salvador, “Estados Unidos reforzó al ejército salvadoreño, insistió en que se celebraran elecciones y solicitó ciertas reformas”. Tampoco se comenta el hecho de que el ejército al que “reforzamos” llevó a cabo un programa de matanzas y torturas para destruir a “las organizaciones populares que luchaban para defender sus derechos humanos más fundamentales”, para emplear las palabras del arzobispo Romero poco antes de ser asesinado, cuando rogaba en vano al presidente Cárter que no “reforzara" a estas fuerzas, que sólo saben reprimir al pueblo y defender los intereses de la oligarquía salvadoreña. "



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