La voz del deber (fragmento) "Manuela. ¡Qué corazón ! si supiera que no soy merecedora de su amor, y lo que quiero noticiarle es mi deshonra!.. Dándome su honrada mano piensa hacerme venturosa, y yo, ingrata á sus favores, no le amo ; la memoria de mi amante, por mas que hago mi corazón no abandona. ¡Ahí Pablo, cuan desgraciada me ha hecho tu pasión loca! ella me obliga á enqañar al tío Lino que me adora. — Mas yo no debo engañarle; quiera ó no quiera, mi boca le advertirá mi infortunio y si aun así me perdona y persiste en su proyecto, mi conciencia acusadora tranquila ya, cumpliré con mis deberes de esposa. Manuela. ¡Dios mío! ¿qué es lo que pasa que así turba su alegría? ¿Qué es eso? Lino. Nada, hija mía, nada malo pa mi casa. Manuela. Respiro. Lino. Ha venido el chico de la Antonia... Manuela. ¿Y qué? [...] Lino. ¡Bueno! ¡bueno!., abre el armario y saca lo necesario; ya sabes... Que tenga fé, díle, y que gaste sin miedo. El pobre llora y se afana, siempre pensando en mañana y vamos que yo no puedo oírlo, me hace llorar... Manuela. Le vá á dar una alegría. " epdlp.com |