Juicio y sentimiento (fragmento)Jane Austen
Juicio y sentimiento (fragmento)

"La señora Jennings volvió a repetir que estaba segura de que la señora Dashwood podía pasar sin ellas perfectamente; y Elinor, que ahora comprendía a su hermana, y veía qué poco le importaba casi todo y cómo sólo la arrastraba la impaciencia por volver a ver a Willoughby, dejó de oponerse directamente al plan, y lo remitió simplemente a la decisión de su madre, de quien, sin embargo, difícilmente podía esperar apoyo para impedir un viaje que ella no podía aprobar por el bien de Marianne y que, por sí misma, tenía sus propias razones para querer evitar. Cualesquiera que fueran los deseos de Marianne, su madre no vería la hora de llevarlos a cabo: Elinor sabía que no iba a conseguir que se mostrase cautelosa en un asunto con el que nunca había habido forma de que se mostrase desconfiada; y ella misma no se atrevía a explicar por qué tenía tan pocas ganas de ir a Londres. Que Marianne, que conocía hasta la saciedad las costumbres de la señora Jennings, y que sabía cuánto fastidio y cuántas molestias invariablemente le ocasionaban, pudiera pasar por alto semejante lastre, que pudiera olvidar, en la persecución de su único objetivo, todo aquello que más podía herir su delicada sensibilidad, constituía una prueba tan fehaciente, tan completa, de la importancia que daba a este objetivo, que Elinor, a pesar de todo lo que había ocurrido, no estaba preparada para presenciarlo.
Al ser informada de la invitación, la señora Dashwood, convencida de que un viaje de tales características proporcionaría muchas diversiones a sus dos hijas, y advirtiendo, por el cariño y las atenciones de Marianne, hasta qué punto había puesto ésta en él su corazón, no quiso ni oír hablar de que declinaran el ofrecimiento por su causa; insistió en que las dos aceptaran inmediatamente, y luego, con su habitual entusiasmo, empezó a pronosticar las ventajas que para todas ellas se derivarían de esta separación. "



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