Bug Jargal (fragmento)Victor Hugo
Bug Jargal (fragmento)

"Dos cojines de terciopelo carmesí, que parecían haber pertenecido a algún reclinatorio de casa rectoral, señalaban dos lugares a derecha e izquierda del tronco de caobo. Uno de esos lugares, el de la derecha, estaba ocupado por el obi que me había librado del furor de las griotas. Se hallaba sentado con las piernas cruzadas y la varita recta, inmóvil como un ídolo de porcelana en una pagoda china. Pero a través de los agujeros de su velo yo veía que le brillaban los ojos, constantemente fijos en mí.
A cada lado del jefe había haces de pendones, banderas y gallardetes de todas clases, entre los cuales observé la bandera blanca flordelisada, la tricolor y la española. Las otras eran insignias caprichosas. Se veía también un gran estandarte negro.
En el fondo de la sala, sobre la cabeza del jefe, otro objeto llamó también mi atención. Era el retrato del mulato Ogé, ajusticiado el año anterior en el Cabo por el delito de rebelión, con su lugarteniente Juan Bautista Chavanne y otros veinte negros o mestizos. En ese retrato Ogé, hijo de un carnicero del Cabo, estaba representado como acostumbraba a hacerse pintar, con uniforme de teniente coronel, la cruz de San Luis y la orden de mérito del León, que había comprado en Europa al príncipe de Limburgo.
El jefe sacatra ante quien me habían introducido era de estatura mediana. Su rostro innoble expresaba una rara mezcla de astucia y de crueldad. Ordenó que me acercara y me contempló durante algún tiempo en silencio. Por fin sonrió irónicamente con un gesto parecido al de la hiena y me dijo:
—Yo soy Biassou.
Yo esperaba ese nombre, pero no pude oírlo en aquella boca, entre aquella risa feroz, sin temblar interiormente. Sin embargo, mi rostro se mantuvo sereno y altivo, y no contesté. "



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