Páginas de la lucha cotidiana (fragmento)Errico Malatesta
Páginas de la lucha cotidiana (fragmento)

"Nosotros somos revolucionarios porque creemos que sólo la revolución, la revolución violenta, puede resolver la cuestión social. Nosotros creemos que en este período la revolución es más fácil que nunca y que retardarla significa fatigar a los trabajadores, quienes se encuentran en un estado de tensión de ánimos que no puede durar siempre y es dar tiempo al gobierno para organizar mejor las fuerzas represivas y a la burguesía para encontrar nuevamente su equilibrio. Nosotros creemos, además, que la revolución es un acto de voluntad — voluntad de individuos, voluntad de masas; que ella necesita para realizarse de ciertas condiciones objetivas pero que no se realiza necesariamente, fatalmente, por obra sola de factores económicos y políticos.
¿Tienen deseos los dirigentes socialistas de hacer la revolución? Entre ellos hay los que francamente se dicen reformistas. Esos dicen que la revolución no puede hacerse porque el proletariado no está maduro, porque no se podría asegurar el aprovisionamiento, porque faltan materias primas, porque las fuerzas del gobierno son tantas que sería locura afrontarlas, etc.
Es una opinión que nosotros creemos equivocada, pero que puede sostenerse con buenas razones. Y nosotros, no sólo no guardamos animosidad contra quien la profesa, sino que reconocemos que su crítica es utilísima para inducir a los revolucionarios a intensificar su preparación y a preocuparse más de lo que seguramente lo hacen de los problemas que se presentarán urgentes y pavorosos al día siguiente de la victoria material del proletariado.
Hay otros, que a menudo son los mismos, quienes se dicen fatalistas y creen que la revolución madura por sí misma, que la sociedad burguesa decae y se deshace naturalmente y será sustituida por la sociedad comunista por la fuerza misma de las cosas, que la voluntad humana no cuenta para nada y no puede retardar ni acelerar el curso de las cosas. Con cuánta lógica estos hacen su propaganda o realizan un actividad cualquiera es asunto que no discutiremos ahora; pero si ellos no se muestran distintos de lo que dicen ser, a nosotros no nos queda otra cosa que hacer que discutir académicamente el asunto con ellos, cuando tengamos tiempo y ganas. Pero si después en la práctica olvidan ser fatalistas y trabajan por la revolución, nosotros pasaremos con placer por encima de todas sus preocupaciones filosóficas y doctrinarias. "



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