Verdad y justicia (fragmento)Anton Hansen-Tammsaare
Verdad y justicia (fragmento)

"Mari permaneció erguida ente el pastor y dijo todo esto prorrumpiendo en un amargo llanto. Anders sintió que Mari se había expresado mucho mejor de lo que él mismo podría.
Mari, en cambio, no estaba enteramente satisfecha con su alocución. Había manifestado la verdad, pero no le había revelado todo al vicario. Su corazón estaba atormentado por cuitas que la torturaban. Lo cierto es que ella había permanecido sola ante el pastor y podría haberse confiado totalmente, pero cuando se encontró a solas con él sintió temor en relación a lo que Anders pudiera pensar y habló con la intención de complacer a éste.
Al permanecer a solas con el pastor sin duda podría haberle contado la verdad de su ominoso pecado contra Juss, de forma que podría atribuírsele la culpa de su muerte. Habría admitido que la idea de reemplazar a la señora había ido germinando poco a poco en su corazón y que había comenzado a sentir el sopor del lamento ocasionado por trasladarse a la casa de campo con Juss. Evidentemente, el maestro era un hombre muy diferente al propio Juss. Su cabeza permaneció hierática sobre los hombros y sus extremidades inferiores apenas se inclinaron. Su amor por el hijo del maestro era pecado. Ella podría haber depositado su amor en él, dado que ella misma había amado al propio maestro, incluso mientras Juss estaba aún vivo. Quizás fuera posible que ella no sólo amara al maestro sino también su casa de campo y el resto de sus posesiones. Ella amaba a la porqueriza que le daba lechones en primavera y a sus ovejas que tenían corderos de crujiente lana -en ocasiones sólo uno, o bien gemelos o trillizos, a veces las vacas proporcionaban mucha leche y mantequilla y sus corceles, que la empujaban hasta la iglesia en un trineo con rosas pintadas y un elevado arco. "



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