El 31 de febrero (fragmento)Julian Symons
El 31 de febrero (fragmento)

"Las hojas de papel volaban alrededor de su escritorio. Una de ellas cayó sobre Anderson, que permaneció contemplándola en silencio. Era un boceto al lápiz sobre un hombre que se miraba en un espejo y se tocaba la barbilla con aire meditativo. Se había empleado un lápiz B para hacerlo. En la parte superior, VV había escrito con caracteres grandes y claros: "Diga ¡Hey, presto!", y debajo, "y olvídese de afeitarse." Al hojear los demás papeles Anderson comprobó que todos reflejaban la misma idea con distintos lemas. Wyvern estudió los diseños con manifiesto desagrado, ya que consideraba a este tipo de trabajo hecho fuera de su sección como una crítica a su propia capacidad creadora. Reverton presentaba una expresión enigmática mientras recogía los papeles, una vez que todos los hubieran mirado, para volverlos a dejar sobre el escritorio de VV. El hombrecillo los observaba alternativamente de uno en uno, con sus ojos castaños, agitando las manos en el aire como si fueran mariposas.
[...]
Después de mucho pensar, comprendí que lo que nos hace falta es un poco de teatralidad. Ése es el elemento que jamás debe faltar en la propaganda, ya que la publicidad no es otra cosa que la comedia de las masas, y en este caso tenemos un producto esencialmente espectacular. Por otra parte, como me lo ha señalado nuestro buen amigo Reverton con su acostumbrado sentido práctico, es necesario considerar el problema desde el punto de vista educativo. ¿Cómo podemos combinar ambos aspectos?
El rostro de Reverton permaneció sereno tras su pipa, aunque prefirió evitar la mirada que le dirigía Anderson. "¿Así que ha vuelto a robarme la idea?", se dijo este último para sus adentros. "¿Era posible que esa mandíbula cuadrada y esa cara plácida pertenecieran al hombre que había sido el amante de Val? ¿Era la mano de Reverton la que había colocado el sobre en blanco sobre el secante de su escritorio? No, jamás tendría la imaginación suficiente como para eso", se contestó a sí mismo, y por un momento se sintió interiormente divertido. "



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