Personajes secundarios (fragmento)Joyce Johnson
Personajes secundarios (fragmento)

"Aunque ella no lo admitiría jamás, los motivos que empujaban a Elise hacia San Francisco eran románticos. Aquello me preocupaba. ¿Y si Allen Ginsberg no se alegraba tanto de verla? Hacía ya tres años de aquella noche en la calle Siete este de la que Elise todavía hablaba. Yo veía en el olvido un instrumento utilísimo para seguir adelante. Los amantes a los que no podías olvidar eran peligrosos. Y Allen Ginsberg, en cierto modo, siempre había sido legendario, incluso antes de que el New York Times le hiciera famoso.
Una amiga de Barnard trabajaba en Mademoiselle. Un día fui a verla a la redacción y me enseñó las pruebas del artículo sobre el Renacimiento de San Francisco que pensaban publicar. Había una foto de Allen con otros tres hombres: un matón angelical llamado Gregory Corso, un intelectual de nombre Philip Whalen y un escritor con un crucifijo al cuello y una maraña de pelo negro pegado a la frente, como si le hubiera sorprendido la lluvia. Tenía algo salvaje y triste que no resultaba en absoluto adecuado para la ocasión. Era Jack Kerouac, por aquel entonces una celebridad subterránea. Como sus compañeros de foto, frecuentaba North Beach, un barrio venido a menos que, de repente, se había visto invadido por cafeterías, clubes de jazz y bares; allí también había abierto una librería magnífica llamada City Lights que se había convertido en el centro de operaciones de los poetas del lugar. Fue así como a varios miles de jovencitas de edades comprendidas entre los catorce y los veinticinco se les entregó el mapa de una revolución. Mademoiselle se preciaba de estar al día.
Recuerdo al hombre de rostro sombrío y angustiado cuyo apellido, de tres ásperas sílabas, no se parecía a ningún otro. Poco después volví a leer aquel apellido en un libro de mi oficina. En la estantería en la que terminaban las obras que la agencia ya había retirado de la circulación reposaba un ejemplar muy estropeado de La ciudad y el campo. Cuando pregunté qué hacía ese libro en MCA, me dijeron que se trataba de la obra de un escritor muy prometedor pero absolutamente intratable; no habían logrado colocar ninguna de sus novelas, y aquello le enfurecía. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com