Noli me tangere (fragmento)José Rizal
Noli me tangere (fragmento)

"María Clara dejó caer la labor que tenía entre las manos, quiso moverse pero no pudo: un estremecimiento nervioso recorría su cuerpo. Se oyeron unos pasos en las escaleras y, después una voz fresca, varonil. Como si esta voz hubiese tenido un poder mágico, la joven se sustrajo a su emoción y echóse a correr, escondiéndose en el oratorio donde estaban los santos. Los dos primos se echaron a reir, e Ibarra hayó aún el ruido de una puerta que se cerraba. Pálida, respirando aceleradamente, la joven se comprimió el palpitante seno y quiso escuchar. Oyó la voz, aquella voz tan querida, que hacía tiempo sólo oía en sueños; él preguntaba por ella. Loca de alegría besó al santo que encontró más cerca, a san Antonio Abad. Después buscó un agujero, el de la cerradura, para verle y examinarle: ella sonreía, y cuando su tía la sacó de su contemplación, sin saber lo que hacía, se colgó del cuello de la anciana y la llenó de repetidos besos. -¡Vamos, arréglate, ven! -añadió la anciana en tono cariñoso-. Mientras él habla con tu padre de tu ... ven y no te hagas esperar. Capitán Tiago e Ibarra hablaban animadamente cuando apareció tía Isabel, medio arrastrando a su sobrina, que dirigía la vista a todas partes, menos a las personas... ¿Qué se dijeron aquellas dos almas, qué se comunicaron en ese lenguaje de los ojos, más perfecto que el de los labios, lenguaje dado al alma para que el sonido no turbe el éxtasis del sentimiento?."


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