El libro azul (fragmento) de Historias vulgaresFrancisco Rodríguez Marín
El libro azul (fragmento) de Historias vulgares

"El misterio, esa espuela de la curiosidad, ejerce un poderosísimo ascendiente sobre nuestro espíritu; y cuando, después de ver pasear largo rato al enlutado, le miraba sentarse y escribir por espacio de algunos minutos en un pequeño libro con pasta azul, que guardaba luego, yo no sé qué sacrificio no hubiera sido capaz de hacer con tal de leer aquellas notas. Ellas debían de expresar la causa del ensimismamiento del joven; de contener el fruto de sus profundas meditaciones; de encerrar la fotografía —permítaseme la expresión— de aquella alma misteriosa.
Yo buscaba en vano, hacía algunas tardes, un medio para satisfacer mi curiosidad; para entablar conversación con aquel desconocido, cuyo libro azul creía ver hasta en mis sueños. Dos veces le había saludado con este propósito; pero ambas, por distracción o por conveniencia, dejaron de contestar a mi saludo. ¡Estaba visto! Érame preciso renunciar á ingerirme en la confianza de aquel hombre.
Una casualidad, que no vacilé en llamar dichosa, pareció favorecer mi tenaz deseo.
Una tarde, el enlutado abandonó su asiento, dejando olvidado sobre él su libro de memorias.
Me apresuré á asirme al pelo de esta ocasión, y ¿á qué negarlo? en aquel instante cruzó por mi mente la malévola idea de posesionarme de aquella prenda, causa de mis desvelos; mas, en honor de la verdad sea dicho, rechacé enseguida, como hombre honrado, aquel pensamiento diabólico, y, sin acercarme siquiera al sitio en que el libro estaba, grité al desconocido. "



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