Poema de los hados " Soy hija de Benito Mussolini y de alguna actriz de los años 40 que cantaba la “Giovinezza”. Hiroshima encendió el cielo el día de mi nacimiento y a mi cuna llegaron, Hados implacables, un hombre con muchas páginas acariciadas donde yacían versos de amor y de muerte; la voz furiosa de Pablo Neruda; bajo su corona de ceniza, Wilde bello y maldito, habló del esplendor de la Vida y de la seducción fatal de la Derrota; alguien gritó “muera la inteligencia”, pero en ese mismo instante Albert Camus decía palabras que eran de acero y de luz; la Pasión ardía en la frente de Mishima; una desconocida sombra o máscara, puso en mi corazón el Paraíso Perdido y un verso; “par delicatesse j’ai perdu ma vie”. Caía la lluvia triste de Vallejo se apagaba en el viento la llama de Porfirio; en el aire el furor de las balas que iban de Cúcuta a Leticia, se cruzaban con los cañones de “Casablanca” y las palabras de su canción melancólica: “El tiempo pasa, un beso no es más que un beso...” Así me fue entregado el mundo. Esas cosas de horror, música y alma han cifrado mis días y mis sueños. " epdlp.com |