A orillas del río Plum (fragmento)Laura Ingalls
A orillas del río Plum (fragmento)

"A lo largo del riachuelo crecían verdes juncos, y los gladiolos azules se erguían muy orgullosos por entre ellos.
Cada gladiolo azul tenía tres pétalos aterciopelados, que se curvaban hacia abajo como el vestido de una dama, cuya falda caía por encima de los aros de miriñaque. Desde su cintura, ascendían tres pétalos sedosos y rizados, que se curvaban hasta casi juntarse. Cuando Laura miraba en su interior, veía tres lengüetas pálidas y estrechas, cada una con una cintita de pelusa dorada.
A veces, un abejorro, de cuerpo negro y dorado, como de terciopelo, zumbaba en torno a los gladiolos, antes de libar en ellos.
El ribazo del río era de barro blanco y caliente. Por allí revoloteaban mariposas de color amarillo pálido y azul claro, que se posaban sobre las flores para alimentarse con el néctar. Las libélulas de colores vivos volaban con sus alas zumbadoras. El barro formaba un montón apretujado entre los pies de Laura. Donde ella o Mary pisaban y por donde pasaban los bueyes, quedaban pequeños charcos dentro de las huellas dejadas.
Cuando vadeaban cerca de la orilla nunca quedaban las huellas en el barro. Primero se formaba un remolino semejante al humo, que no tardaba en fundirse en el agua clara. Luego, la huella de la pisada se esfumaba lentamente. Los dedos de los pies sólo dejaban una marca lisa, y el talón, un leve hoyo.
En el riachuelo nadaban muchos pececillos. Algunos eran tan pequeños que casi no se veían. Sólo cuando nadaban muy veloces podía divisarse su vientre plateado.
Por encima del agua patinaban las chinches acuáticas. Tenían unas patas muy largas, y sus piececitos formaban una hendidura en el agua. Era difícil distinguirlas porque patinaban tan de prisa que antes de verlas ya estaban en otra parte. "



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