El beso (fragmento)Hjalmar Söderberg
El beso (fragmento)

"Y se inclinó sobre el agua para reflejarse, pero su retrato se rompió en las olas que salpicaban.
Pensó seguidamente: " me pregunto qué sentiré cuando me bese". En realidad había sido besada una sola vez, por un teniente después de un baile en el hotel de la ciudad. Pero olía tan mal a cigarros y a ponche, y ella se había sentido un poco halagada de que la hubiera besado, ya que era un teniente, pero por otra parte ese beso no había sido gran cosa. Y además, lo odiaba, porque después del beso ni le había propuesto matrimonio ni la había mirado otra vez.
Mientras estaban allí sentados, cada uno en sus pensamientos, el sol se puso y oscureció.
Y él pensó: " ya que está todavía sentada a mi lado y el sol se ha ido, quizás no tenga nada en contra de que yo la bese".
Y lentamente le pasó un brazo sobre los hombros.
Eso ella no lo había previsto. Había creído que la besaría sin más preámbulos, y que entonces ella le daría una bofetada y se iría como una princesa. Ahora no sabía qué hacer; quería enojarse con él, pero no quería perder la oportunidad de ser besada. Por eso se quedó sentada completamente quieta.
Entonces él la besó.
Era mucho más extraño que lo que ella había pensado; sintió que se quedaba pálida y sin fuerzas, y que se había olvidado totalmente de que le iba a dar un bofetón y que no era nada más que un estudiante.
Pero él pensó en un pasaje de un libro de un médico religioso, llamado "La especie femenina", en donde decía: "pero cuidado con dejar que el abrazo matrimonial se supedite al dominio de las pasiones". Y pensó que debía ser muy difícil cuidarse, si un solo beso podía ya hacer tanto.
Cuando salió la luna, estaban todavía sentados, besándose. "



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