Pecados originales (fragmento)Rafael Chirbes
Pecados originales (fragmento)

"Creo que tu padre se ilusionó tanto con tu nacimiento porque pensaba que tú ibas a venir a cerrar las heridas. Pienso que se hizo esa idea, porque días antes del bautizo se presentó en la casa nueva de tus tíos, a la que nadie lo había invitado nunca, para pedirles que viniesen a la comida.
Se vistió de chaqueta para ir y se llevó una botella de coñac, un par de puros y una cajetilla de tabaco rubio. Hasta el último instante estuvo esperándolos. Dejó libres dos plazas al lado de la abuela María y, para que no les cupiese duda de que los estaba esperando, escribió sus nombres en unas hojas de papel que dejó apoyadas contra los vasos. Fue la última vez que vi en él el destello de una ilusión.
Enviaron a la niñera con tu prima y con una nota escrita por ella en la que se disculpaban porque «el exceso de trabajo» les impedía asistir. Tu padre arrugó furioso los papeles en la palma de su mano y tiró la pelota al fuego de la cocina económica. Se puso a dar vueltas en torno a la mesa y luego se encerró con la abuela María en tu cuarto. A ninguno de los dos les pregunté, ni me contaron el contenido de esa conversación, aunque, por encima del murmullo de los invitados que ocupaban la mesa, pude oír la voz de tu padre a través de la puerta. «Pero es que han mandado a la criada», decía. «A la criada». Después de ese día ya no pensó nunca en la posibilidad de reconciliarse. Ni volvió a llamarlos por sus nombres. Para referirse a ellos, decía «la pareja del varieté», y subrayaba, «sí, el payaso y la artista». "



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