Vislumbres (fragmento) "Desde la adolescencia su vocación primordial había sido el mar, vale decir ser marino, pero apenas si se recibió de náufrago. Aferrado a un tablón providencial y con su barco ya en la lejanía, llegó casi muerto a una isla, para él desierta y sin nombre. Pasó dos o tres jornadas tendido semiinconsciente en la arena y sólo el hambre y la sed lograron reanimarlo. Se incorporó, primero a medias, luego pudo enderezarse y hasta hacer un balance visual de los alrededores. A pocos metros de la costa empezaba un bosque bastante compacto, con árboles y arbustos que nunca había visto, ni siquiera en sueños. Trabajosamente empezó a caminar y comprobó que algunos de esos árboles extraños tenían frutos jugosos. Arrancó algunos y se dedicó a morderlos con la furia del hambre. Estaba desnudo, pero con grandes hojas y unas lianas resistentes se hizo una suerte de taparrabos. Por fortuna hacía calor, quizá demasiado. Cuando los frutos le dieron suficiente energía, pudo al fin trepar a un árbol, el más alto que encontró. Desde allá arriba miró y miró, pero no había otra cosa que bosques y más bosques. Pasaron días y noches y perdió la noción del tiempo transcurrido. Así, hasta que una mañana despertó y se encontró con que dos tipos, ambos de uniforme, le estaban mirando. Le hablaron en una lengua para él ininteligible. Les contestó en español, luego en inglés y en esa franja neutra pudieron entenderse. De pura casualidad, un barco había encallado en aquella zona tan poco navegable y los dos marinos habían llegado en un bote para ver si aquella tierra tenía habitantes. Encontraron a Ricardo, se lo llevaron y tres días más tarde el barco pudo seguir su ruta. Seis meses después de haberlas abandonado, Ricardo llegó de nuevo a sus viejas orillas. Durante largo tiempo fue la estrella del café Bristol, donde narró cien veces su odisea, salpicándola, por supuesto, con coletillas de su imaginación, para hacerla menos aburrida. Como tema de novela fue desechado. Los naufragios son más bien tediosos. " epdlp.com |