Maurice o la cabaña del pescador (fragmento)Mary Shelley
Maurice o la cabaña del pescador (fragmento)

"Varias jornadas transcurrieron de este modo, hasta que un día se dijo a sí mismo que no podía seguir viviendo como un holgazán. El plazo de una semana que tenía para abando­nar la cabaña estaba a punto de cumplirse, ¿y qué haría después para ganarse el pan? A ve­ces le rondaba el pensamiento de volver con sus padres, pero no tardaba en descartarlo. Decidió entonces ir a ver a Benson, el granje­ro, padre del campesino que le había contado su historia al viajero. Mientras esto cavilaba, sentado en su roca de costumbre a la vera del arroyo, Maurice contemplaba el océano, sere­no como un espejo bajo el cielo crepuscular, donde el lucero de la tarde brillaba envuelto en el fulgor que el sol dejaba tras de sí. Había una gran quietud en el aire, y el murmullo de la marea, que emprendía el descenso, apenas alcanzaba a romper el silencio. Unas pocas gaviotas regresaban a sus nidos en el acantila­do que se elevaba por encima de la cabeza del muchacho. Fue entonces cuando oyó un rui­do de pasos a su espalda y al volverse vio a un hombre apuesto y de rostro amable, que no era otro que el viajero con el que he dado co­mienzo a este relato. El chico se sorprendió mucho, pues nunca hasta entonces un foraste­ro había visitado la cabaña, que distaba tres kilómetros de la carretera más cercana. Su na­tural bondadoso lo llevó a levantarse de inmediato para preguntarle al viajero si se había perdido y ofrecerse para indicarle el camino hasta la población más cercana. "


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