Los caracteres y la conducta (fragmento) "Se me ha pedido una exposición exacta del amor y de sus especies. El amor es, todo él, de un sólo género. Su descripción es ésta: el deseo de la cosa amada, el disgusto que su aversión nos produce y el deseo que sentimos de que la cosa amada nos corresponda con amor. Si las gentes suponen que en el amor hay especies diferentes, es tan sólo por la razón de los fines de la voluntad, los cuales a su vez sólo difieren entre sí por razón de los objetos deseados, así como por la intensidad mayor o menor del deseo, o bien porque, al cesar una aspiración, el apetito se inclina en otro sentido. Así, por ejemplo, existe en el hombre un amor por Dios, un amor de Dios, un amor de que se realicen algunas de sus aspiraciones; existe el amor del padre, el del hijo, el de la familia, el de los amigos, el amor al rey, el amor de la concubina, el del bienhechor, el amor de lo que esperamos, el amor de lo que con pasión apetecemos. Todos estos amores constituyen un solo género, diversificado en varias especies, como hemos dicho, según lo que esperamos poder conseguir del objeto amado. A esto sólo obedece la diferencia entre los varios modos del amor. Nosotros hemos visto morir de pena al padre enamorado de su hijo, igual que al amante apasionado de su amada. Y hemos oído referir de uno que, turbado por los encontrados afectos del temor y del amor divino, moría después de exhalar profundos suspiros. También observamos que el hombre siente celos de su rey y de su amigo, igual que de su manceba, o de su amada. El ínfimo bien que el amante puede apetecer como objetivo de su amor es la buena estima o consideración a los ojos de su amado y el verse honrado por él. Esto ocurre siempre que el amante no juzga posible ni, por tanto, apetecible para él, un bien mayor. Y este objetivo mínimo es, sin embargo, el colmo de las aspiraciones de los que aman a Dios. " epdlp.com |