El hombre y la muerte (fragmento) "A la promoción de los dioses corresponde la desvalorización de los «dobles». Ante las dioses inmortales y radiantes, el hombre considerará, a la luz de un día cada vez más gris, su existencia post-mortal de doble, pobre sucedáneo de vida a la que empieza a roer la nada. Pero la decadencia de los dobles obedece a causas mucho más amplias que el ascenso de los dioses. Se inscribe en el movimiento general de las civilizaciones que se urbanizan. Constituye un momento capital del progreso de la conciencia de sí. El alma suplantará lentamente a un doble cada vez más y más externo, extraño. La idea de alma estaba quizá en germen en la concepción primitiva de muerte-renacimiento, en la que, cuando el individuo al renacer cambia de cuerpo tomando forma de animal o de ser humano otra vez, hay algo, la esencia de él mismo, que permanece a través de la metamorfosis. Pero, en la conciencia arcaica, la esencia del yo, inalterable a través de la vida y el nuevo nacimiento, no ha sido en absoluto conceptualizada, definida, aprehendida; no hay más que la evidencia de la muerte-renacimiento. El alma, ya en germen en la muerte-renacimiento, está igualmente en germen en algunas concepciones del doble en las que éste, de esencia aérea, es representado por el último aliento, que emprende el vuelo con la muerte. Efectivamente, la concepción «pneumática» del alma nos muestra que ésta podrá conservar largo tiempo ciertos atributos del doble. Y al mismo tiempo nos hace ver la filiación que va del doble al alma, según un movimiento de reintegración del doble en el interior del individuo. El alma es el doble interiorizado. " epdlp.com |