Algodón de azúcar "Cruzamos por el puente del río Chicago a pie en lo que resultaría una última vez, yo comía el aire dulce de un algodón de azúcar esa azulada luz hilada de la nada. Fue apenas un instante, de verdad, nada más, pero quedé extasiado ante los firmes cables del puente sosteniéndonos y enredados mis dedos entre los largos y finos dedos de mi abuelo, un hombre viejo del Viejo Mundo que hace mucho se hundió en la inmensidad. Y me acuerdo de ese niño de ocho años saboreando la dulzura del aire, que ahí sigue pegada a mi boca y desparece al respirar. " epdlp.com |