Salinger (fragmento)Bernard-Marie Koltès
Salinger (fragmento)

"Rouquin: (Mirando el piso.) Está lleno de agua aquí. Lleno de charcos de agua para ahogarse. ¿Sabes que cuando uno es chico puede ahogarse en un charco de agua? Se da un paso en falso, uno se rompe el alma, se cae dentro, primero la cabeza, un poco de ruido, y ya está.
Leslie: Si eso por casualidad hubiera pasado así, cuando eras niño, no habríamos hecho tantas historias.
Rouquin: Eso nunca sucede por casualidad, nunca, pobre boludo.
Leslie: ¿Quieres que te diga? Estoy de acuerdo en todo; de acuerdo en que la familia es lo que es, que Ma no tiene una gran cabeza, que el viejo es un borracho...
Rouquin: (Bruscamente.) ¡Cállate!, ni una palabra más, pobre boludo no sabe nada y habla.
Leslie: ¿Quieres que te diga más? Comienzo a hartarme de tus caritas, de tus "pobres boludos, yo sé más, soy más astuto que ustedes, primero que estoy muerto, de todas maneras yo sé más"; tus miraditas que nos ignoran, y todos tus "pobres boludos". Háblame de otra manera, por favor, empecemos bien. (Rouquin baja la cabeza) Bueno, de acuerdo con todo eso, ¿pero quieres que te lo diga? Una buena mujer, y bien que te encontraste una y que todo eso lo hiciste solo, que nadie te obligó. Entonces, por qué la juegas de tipo: "las mujeres, para mí, no son nada, nada de nada; nada vale nada de nada, yo no pienso como tú". Y, mientras tanto, como el último de los americanos, te buscas una mujer absolutamente común, y te vas con ella como cualquier hijo de cualquier familia que se quiere ir. Pero yo lo entiendo, no digo lo contrario, es justo que te lo diga. Entonces, la juegas de tipo que quiere tener experiencias, que mira el mundo con otros ojos, al punto que no se entiende nada de lo que cuentas; ni de lo que dices: qué ojos raros tienes para el mundo; pero, mientras tanto, no te pones solo a recorrer el mundo para vivir tus experiencias: te encuentras una mujercita común y como cualquier americano medio, te encierras con ella en una casita, y tus experiencias las haces en una casita bien tranquila. Lo entiendo, sin duda, no digo lo contrario, es justo que te lo diga. Pero, sin embargo, todo eso no te fue dado, lo encontraste tú solo, ¿eh, Rouquin? No está por un lado lo que encuentras, y que es genial, y por el otro, lo que te dan, que no vale nada. "



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