La mujer del juez (fragmento)Jane Gardam
La mujer del juez (fragmento)

"Apenas había pasado media hora desde que le habían ofrecido una taza de té y la habían informado de que hacía unos minutos que había comenzado la operación, cuando oyó las puertas batientes al fondo del pasillo y el ruido de pasos presurosos.
Claro que esos pasos no tenían por qué ser los del médico. Harry no podía ser el único paciente en aquel silencioso hospital. Podía ser cualquiera el que corría. Pero los pasos se detuvieron junto a su puerta. Y al mismo tiempo Elisabeth cayó en la cuenta de que esos pies habían llegado corriendo. Nadie corre para dar malas noticias. ¡Y aquellos pies corrían!
Se levantó mientras un hombre abría torpemente la puerta empujándola con el hombro. Llevaba una especie de turbante verde oscuro y un delantal verde atado con cintas. Tenía las manos alzadas y los brazos doblados en ángulo recto, como un sacerdote haciendo una ofrenda. Olía a desinfectante.
[...]
El día anterior, cuando la llevaron a la planta después de la operación, se había despertado un momento para descubrir que había cambiado de sexo y de siglo. Era un hombre, un soldado al que arrojaban a una especie de fosa común. Olió la tierra húmeda de Francia. Cuando despertó de nuevo, mucho más tarde, el sol bañaba todo su cuerpo, bien tapado bajo una gruesa sábana blanca. Estaba rodeada de ramos de flores. Estoy en mi catafalco, pensó. Y me he despertado. Qué embarazoso para ellos. Me incorporaré muy despacio en mitad del funeral mientras se despiden de mí. Entonces alguien la empujó de nuevo contra la almohada, y cuando volvió a despertar, Filth estaba sentado junto a la cama, leyendo el Times. Alzó la vista, vio que ella había abierto los ojos y sonrió. Le cogió las manos y le besó los dedos y las muñecas. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com