La calavera aullante (fragmento)Francis Marion Crawford
La calavera aullante (fragmento)

"Permanecieron conmigo varios meses y mientras estuvieron en la casa disfrutamos de paz y tranquilidad. Una de ellas está aquí ahora, aunque se marchó con su hermana ese mismo año. Ésta, que era la que cocinaba, se casó con el enterrador, que además se ocupa del jardín. Por eso está aquí otra vez. Este es un pueblo pequeño y el enterrador no tiene mucho trabajo; además, sabe lo bastante sobre flores y plantas para ayudarme en todo lo que necesito. También realiza la mayoría de las tareas pesadas, porque, a pesar de que soy aficionado al ejercicio al aire libre, se me están anquilosando ligeramente las articulaciones. Es un tipo sobrio y silencioso, y muy discreto; cuando llegó aquí había enviudado… Trehearn se llama, James Trehearn. Las hermanas escocesas nunca reconocieron abiertamente que ocurrían cosas extrañas en la casa, pero en noviembre me comunicaron que se marchaban con la excusa de que su capilla, en la parroquia vecina, estaba demasiado lejos de aquí, y que acudir a nuestra iglesia quedaba totalmente descartado. Pero la hermana más joven regresó en primavera y, en cuanto el bando pudo hacerse público, contrajo matrimonio con James Trehearn en una ceremonia celebrada por el párroco, y desde entonces no parece mostrar muchos escrúpulos en escucharle predicar. ¡Me alegro si es así! La pareja vive en una pequeña casita con vistas al cementerio.
Supongo que te estarás preguntando qué tiene que ver todo esto con lo que te estaba contando. Paso a solas tanto tiempo que cuando un viejo amigo viene a visitarme me pongo a hablar y hablar sólo por oír mi propia voz. Pero en este caso realmente hay una conexión de ideas. Fue James Trehearn quien enterró a la desdichada señora Pratt, y más tarde a su marido en la misma fosa, que no queda lejos de la parte trasera de su casa. Esa es la conexión que tengo en mente, ¿comprendes? Está bastante claro. Él sabe algo; estoy seguro de que sabe algo, por sus gestos, aunque sea un hombre más bien inexpresivo.
Sí, ahora mismo paso las noches solo en esta casa, porque la señora Trehearn se encarga de todo y cuando tengo a algún invitado la sobrina del enterrador viene a servir la mesa. El enterrador recoge a su esposa todas las tardes en invierno, pero en verano, cuando todavía hay luz, regresa sola a casa. No es una mujer asustadiza, pero ahora no está tan segura como antes de que no existan espíritus en Inglaterra merecedores de la atención de una mujer escocesa. ¿No te parece divertida la idea de que Escocia tenga el monopolio de lo sobrenatural? Qué extraña clase de orgullo nacional, ¿no te parece?
Qué buen fuego, ¿verdad? Cuando logra prender un madero de deriva no hay nada que se le parezca. Sí, consigo mucha madera del mar, lamento decir que hay todavía demasiados naufragios por esta zona. Es una costa solitaria y puedes conseguir toda la madera que quieras simplemente yendo a buscarla a la playa. Trehearn y yo llenamos un carromato de vez en cuando y lo cargamos entre este lugar y la restinga. Evito el fuego de carbón cuando puedo conseguir leña de cualquier tipo. Un tronco te guarda compañía, aunque sólo sea un trozo de listón de la borda de un barco o un trozo de madera aserrada, y la sal que queda en su interior produce bonitas chispas. ¡Mira cómo vuelan, parecen fuegos artificiales japoneses! En serio te lo digo, camarada, con un viejo amigo, un buen fuego y una pipa, uno se olvida totalmente de la cosa que está allá arriba, especialmente ahora que el viento ha amainado. Pero es sólo una tregua y antes de que amanezca soplará un vendaval. "



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