Faustina de Bressier (fragmento)Albert Delpit
Faustina de Bressier (fragmento)

"El criado se alejó, y Nelly se sentó en un gran sillón muy bajo. Se levantó el velo, y dejó ver que era más bonita a los veintisiete años que a los diecisiete en que la conocimos.
Miraba distraídamente a todos lados, los muebles, los cuadros que, poblaban la soledad silenciosa del salón.
El señor y la señora de Guessaint vivían en París, en un amplio hotel de la avenida de Kleber. En la planta baja se hallaban los salones, el comedor, habitaciones de gusto exquisito y en cuyos detalles se reconocía el refinamiento artístico de Faustina; en el primer piso estaban los dormitorios y en el último el estudio de pintor, pues la señora de Guessaint no había renunciado al cultivo de la pintura.
[...]
Seguía siendo la misma Faustina de antes. Los diez años transcurridos no la habían cambiado y su casamiento no había alterado la hermosura, el encanto exquisito de todo su ser. Pero moralmente estaba transformada. En su mirada, en sus gestos, en sus palabras, en sus tristezas repentinas se sentía que estaba herida.
Su marido y ella no se separaban nunca; siempre se les veía juntos; y sin embargo, se notaba entre ellos una frialdad extraña. Faustina se casó con el señor de Guessaint, sin quererle, por obedecer los deseos del general; seis meses después de su boda ya no estimaba a su esposo. ¿Qué pasaba? Nadie lo sabía, excepto Nelly. ¿Qué vicios ocultaba aquel hombre bajo su apariencia de manso pero testarudo cordero? Durante estos diez años vivieron poco en París. "



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