Esa visible oscuridad (fragmento) "Fue en París, en una fría noche de octubre de 1985, cuando por primera vez tuve conciencia plena de que la lucha contra el desorden de mi mente...podía tener un desenlace fatal. (…) Desde la antigüedad -en el torturado lamento de Job, en los coros de Sófocles y Esquilo- los cronistas del espíritu humano han venido forcejeando con un vocabulario que pudiera dar expresión adecuada a la desolación de la melancolía. (…) Mi malsana tristeza, una marea tóxica e inenarrable, una forma de tormento, un trance de malestar supremo, el desvalido estupor, la vejación del insomnio, una forma de repudio derivado del autoaborrecimiento (distintivo señero de la depresión), ese lóbrego y tenebroso talante del color del verdín, el cataclismo inmediato que conmovía mi ser, la voz de la depresión, mi asedio, la espiral descendente, inmensa y dolorida soledad, una tormenta de tinieblas, gris llovizna de horror, la muerte soplando sobre mí en frías ráfagas, la desolación, el horror como una niebla compacta y venenosa. Se ha desvanecido cualquier sentimiento de esperanza, toda idea de futuro, es la desesperación lo que apabulla mi alma, una situación de herido ambulante que vive pegado a su lecho de clavos dondequiera que vaya, moviéndose de tortura en tortura, ordalías indistinguibles de nebuloso horror, este suplicio sin fondo, un simulacro de todo el mal de nuestro mundo, la desesperación más allá de la desesperación." epdlp.com |