Léon Morin, sacerdote (fragmento)Béatrix Beck
Léon Morin, sacerdote (fragmento)

"Padre, necesito confesarle algo, articulé con dificultad.
Él me contempló con atenta mirada.
¡Vaya! Me siento enardecida.
¿Tu espíritu está soflamado?
Sí, me he convertido. Estoy a su servicio, a su entera disposición.
Morin parece consternado.
Es posible que se encuentre algo fatigada o un tanto desnutrida estos días.
No, no me siento en absoluto cansada. Y justo acabo de cavar la tierra para las patatas.
Esta chica está totalmente alocada, murmuró Morin.
Créame que si me convierto es a pesar mío.
He aquí una poseída —se extasió el sacerdote—. Voy a tener que exorcizarla.
Señor cura, usted que, naturalmente, ha procurado cristianizarme, diríase que ahora quisiera impedirme realmente que siga a su Señor.
¿Por qué va a seguirlo?
Porque no estoy segura de que lo que dijo fuera falso.
Va a envenenarse la existencia, va a estropearse la vida
Sí, es verdad. Usted dice eso para probarme, es evidente. Pero yo sé muy bien que nunca me ha pasado ni podía pasarme nada peor.
¿Nunca pensó en hacerse protestante? Suele ser maravillosa esa gente.
¿Por qué se burla de mí hasta ese punto, señor cura?
No me burlo, digo lo que es.
Es imposible para mí hacerme protestante, puesto que Cristo fundó una sola Iglesia con Pedro a la cabeza. Para ser fiel a Cristo hay que permanecer en ella, incluso si está podrida. Dijo que las fuerzas del infierno nada podrían contra ella. Yo creo que han podido, únicamente que tal vez no sea definitivo, total. Y, además, hay una razón todavía más grave que hace que los protestantes, aun si son santos, no sean nunca cristianos.
¿Qué razón? Tengo la impresión de que se va por las ramas.
La razón es que Cristo ha dicho: «Mi cuerpo es el verdadero alimento, y mi sangre es la verdadera bebida.» Y los protestantes no creen en esa afirmación de Cristo, niegan la presencia real. Forman parte de los discípulos que han dicho: «Esa doctrina es dura. ¿Quién puede escucharla?», y a quienes Jesús preguntó: «¿Esto os escandaliza?» Los protestantes han acompañado a esos discípulos, a los que se han echado atrás y han dejado de andar junto a Cristo, lo que evidentemente era mucho más prudente. Los protestantes son demasiado razonables para ser cristianos. Es deshonesto haber hecho de la comunión una simple conmemoración. ¡Como si Cristo fuera un aficionado a los recuerdos! Por gusto personal, a mí me gustaría mucho más el protestantismo: es menos chocante y menos incómodo. El protestantismo ya es casi el laicismo. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com